Entramos ya en cuenta regresiva; pues el desgastante
proceso electoral concurrente está a tan solo unos días de llegar a su fin, por
ello, los ánimos en la materia se encuentran exacerbados, pues también llega igualmente
el fin de las campañas electorales y todos los actores políticos y sus
simpatizantes comienzan a arremeter contra la autoridad electoral generando eco
entre muchas personas que suelen tomarse en serio rumores falsos o aseveraciones
que van en la línea de la suspicacia sin fundamento realmente válido. Que si el
INE prepara un mega fraude electoral al circular un video en donde una persona
muestra como los folios de las boletas no concuerdan en serie, que los sobres
que contienen las boletas presidenciales vienen abiertos, que si los lápices
con los que se marcará la boleta el día
de la jornada se borran fácilmente, y una amalgama de acusaciones que buscan
sembrar en el imaginario colectivo suspicacias sobre la actuación de la
autoridad electoral y generar desconfianza en los resultados; y todo en una especie
de linchamiento generalizado que se ha desatado en contra del órgano electoral.
Al respecto, es verdad que el INE ha tropezado constantemente en su complejo
crecimiento desde su creación en los años 90s, y es cierto que los ecos de la
elección de 2006 aun resuenan en muchos ciudadanos que perdieron la confianza
en el instituto después de esa cuestionable elección, no obstante, el INE ha
realizado esfuerzos considerables para imprimir confianza en los procesos
electorales y fortalecer su imagen como instancia organizadora de elecciones. Desde
la toma de decisiones en cada consejo distrital con representación de partidos políticos,
representantes de la ciudadanía (consejeros electorales), y miembros del
servicio profesional electoral, pasando por las figuras de observadores
electorales para los procesos electorales y la creación de comisiones con
invitación directa a los representantes de partidos políticos, el instituto
genera las condiciones de inclusión y de participación tanto de ciudadanos como
de partidos políticos para dar fe de que
los procesos internos durante los periodos electorales en cada una de sus
etapas se guían bajo los principios rectores de la función electoral, tales
como lo son la certeza, la legalidad, la imparcialidad, máxima publicidad, la
objetividad y la independencia. Hasta la redacción de esta columna, el INE se
encuentra integrando los paquetes electorales, con la presencia de consejeros
electorales y representantes de partidos, por lo que videos como el que
circulan mostrando boletas alteradas son totalmente falsos. Como representante
ciudadano ante el INE, en lo personal, sostengo el profesionalismo y la seriedad
con la que el INE realiza sus actividades con extremas medidas de seguridad,
tan efectivas, que las mismas fuerzas armadas custodian en todo momento las boletas
electorales. De igual maneral, los esfuerzos de capacitación para los
funcionarios de mesa directiva de casilla llevan la intención de que sean los mismos
ciudadanos los que reciban la votación el día de la elección. Siempre he dicho
que se vale cuestionar y criticar lo que no está bien, no obstante, provocar y
difundir suspicacias sin fundamento objetivo y real alguno son acciones que van
en detrimento no de la autoridad electoral, sino de millones de mexicanos y de
la consolidación de nuestra incipiente democracia.