En clase me pregunta
un inquieto alumno: ¿usted cree que con López Obrador como presidente nos irá
mejor? La pregunta salió a colación debido a comentarios sobre los datos
ofrecidos por el Diario Reforma que coloca al tabasqueño a una distancia abismal
con respecto a los demás candidatos rumbo a las elecciones presidenciales de
2018. Mi respuesta es un rotundo: no lo sé. Y es que si revisamos la encuesta
podemos obtener una primaria conclusión: la sociedad parece estar descontenta
con el actual régimen y pareciera dispuesta a permitir que por vez primera un
gobierno de izquierda tome las riendas del país; pero las implicaciones de lo
que pudiera suceder van más allá de un simple descontento, y es que la pregunta
que se hacen muchos es cómo sería un gobierno de izquierda encabezado por
Andrés Manuel López Obrador. Para nadie es noticia nueva el desprestigio que ha
gozado la izquierda durante mucho tiempo: que si es comunismo, que si se van a
desterrar empresas, que si habrá fuga de capitales, que si nos convertiremos en
Venezuela, etc. Y es que el problema con respecto al temor que representa la
izquierda está mal fundamentando y esta fundamentación esta confeccionada a
modo para que la misma parezca más un riesgo que una solución. Pero debemos
dejar en claro que la izquierda no representa necesariamente medidas
anticapitalistas, ni mucho menos significa hiperinflación o sobre endeudamiento
que finalice en quiebra del sistema financiero. Los gobiernos de izquierda en
el mundo han dejado bastantes buenos resultados y vale la pena mencionarlos para
derribar esos atavismos mentales que ubican a la izquierda gubernamental como
el mayor mal de la humanidad. La izquierda como tal, es identificada como
socialismo, y países europeos como Grecia, después de sus terribles problemas económicos,
Francia, Italia, Portugal, Suecia, Eslovaquia, Austria y República Checa han sido
naciones que han experimentado vueltas completas hacia la izquierda con
resultados bastante aceptables; pero dejémonos de ejemplos de sociedades que
pueden considerarse más avanzadas que las latinoamericanas, y revisemos un
ejemplo de una nación de izquierda, gobernada por un indígena, de izquierda,
con un discurso un tanto anticapitalista que, no obstante, ha tenido resultados
simplemente envidiables para cualquier nación de derecha en el continente americano,
me refiero a Bolivia y su presidente Evo Morales. Solo para comenzar: lleva más
de una década creciendo a un promedio anual de 5%, que es muy superior al de
Estados Unidos y el resto de los países sudamericanos. Se han convertido en una
nación con niveles de ahorro gubernamental simplemente ejemplares, es decir, no
gastan ni derrochan recursos indiscriminadamente como lo hacemos en México. Por
si esto fuera poco, la pobreza bajó de un 63% de la población a un 39%, lo que
sin duda es una disminución por demás positiva, y todo esto, bajo la dirección,
por vez primera, de un gobierno de izquierda. Desde luego que estos datos no
son presentados por quienes buscan vapulear todo lo que no mantenga el actual
estatus quo. No, definitivamente sigo sin saber si estaremos mejor en caso de
que la izquierda llegue a la presidencia, lo que, si sé, es que la misma ha
demostrado ser bastante efectiva en otras latitudes y que, además, difícilmente
podríamos estar peor, pues nuestro actual endeudamiento es alarmante y
peligroso, los niveles de pobreza insultantes, los de inseguridad aberrantes, el
hartazgo es ya viral y la sola idea del cambio, resulta esperanzadora.