miércoles, 11 de abril de 2018

EL BRONCO Y “LA BRONCA”


58% de firmas apócrifas registradas: 810, 995 firmas no fueron encontradas dentro del listado nominal del registro federal de electores del Instituto Nacional Electoral, 158, 532 simulaciones de firmas y aún con todas estas graves irregularidades, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ha fallado a favor de Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”, y con este fallo el gobernador con licencia podrá contender por la presidencia de la república como candidato independiente. No se trata de las descabelladas hipótesis sobre si la actuación del TEPJF fue encomienda de los pinos para que el aspirante, sin posibilidades de ganar la elección, figurara como un elemento más que ataque al puntero en las encuestas, no, esas teorías por certeras que pudieran ser no son el aspecto nodal del fallo del tribunal, sino el pernicioso mensaje que se envía al país entero, a la clase política y el terrible daño que se le hace a una autoridad electoral que no termina de ganar  la confianza entre la sociedad. El mensaje es claro: no importa que se violente la ley de la manera más abierta y descarada, no importa que se pisoteen las normas establecidas y se vulnere el profesionalismo de quienes se supone revisaron y dictaminaron las irregularidades; en este país, violar la ley y las disposiciones es cosa menor, es una simple nimiedad, un cero absoluto, porque lo importante es el fin, por ello, vuelve incansablemente la tesis del autor de El Príncipe: “el fin justifica los medios.” Aunque las evidencias de las ignominias cometidas por el equipo de El Bronco sean inobjetables, los magistrados del tribunal decidieron que el INE cometió el imperdonable error de no invitar al precandidato a la revisión total de las firmas, violentando con ello su derecho de audiencia. El INE cometió errores terribles en su afán de aplicar la normatividad en la modalidad nueva de candidaturas independientes, y es que al detectar que Rodríguez Calderón utilizó documentos no válidos como tarjetas de presentación o de puntos como registros de apoyos hacia su candidatura, la autoridad electoral consideró que ello era suficiente para cancelar definitivamente sus aspiraciones y tomar acciones que terminaron victimizando al gobernador con licencia que busca solucionar los problemas de México cuando no ha podido solucionar la violencia en la sola ciudad de Monterrey. El INE pecó de una confianza absoluta en una normatividad endeble y sin experiencias previas de acción, pero el tribunal, a pesar de los registros falsos, pecó de ignominioso al permitir que el más grande recaudador de firmas apócrifas aparezca en la boleta de elección presidencial. Peor aún, el INE ha quedado nuevamente como ineficiente y se ha hundido más en el desprestigio y ha sido expuesto a los vapuleos constantes de El Bronco al afirmar que le ganó al INE y que lo demandará por denigrar su imagen. La autoridad electoral ha recibido un golpe terrible. No obstante, aún queda por ver la decisión que tomará la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE) al investigar las firmas falsas que reunieron los independientes: Jaime Rodríguez, Armando Ríos y Margarita Zavala, por lo que falta todavía trama a esta historia político electoral. El bronco, ha dejado una bronca tremenda al sistema político electoral mexicano: la bronca de la falta de profesionalismo y de certeza del árbitro electoral, la indignación de miles que vemos como se premia la ilegalidad, y el futuro enrarecimiento del ambiente político por un tipo que carece de la mínima diplomacia para referirse a sus contrincantes. El circo se aproxima, la ignominia se institucionaliza.