miércoles, 7 de marzo de 2018

NUEVAS Y VIEJAS


El proceso electoral local 2016-2017 en nuestra entidad arrojó, naturalmente, autoridades nuevas, y lejos de las implicaciones técnicas relativas al tiempo que durarán los alcaldes este periodo y las cuestiones de reelección, lo importantes es conocer que los 38 municipios de Coahuila estrenan alcaldes, la mayoría de ellos conscientes de que su periodo de un año es trascendental en cuanto  a sus actividades para obtener resultados que alimenten sus pretensiones de repetir en el cargo según sea el caso. Pues bien, en un ejercicio de transparencia, se crea el “barómetro del cabildo”, un instrumento que analiza el desempeño de los regidores de los cabildos de los cinco manantiales, para ello, es indispensable contar con información oficial que por ley los sujetos obligados, en este caso los ayuntamientos, deben proporcionar sin cortapisas. Al respecto, el barómetro intenta transparentar los intestinos de los cabildos de la región de los cinco manantiales en Coahuila y para ello se realizaron las solicitudes correspondientes de información a través de la plataforma del Instituto Coahuilense de Acceso a la Información (ICAI), obteniendo información en tiempo y forma de los ayuntamientos a excepción de dos de ellos: Zaragoza y Villa Unión. La negativa de información de un sujeto obligado suele presentarse en dos escenarios: el primero es cuando ignoran que deben entregar información que va más allá de la llamada información pública mínima, que por ley deben difundir, tal es el caso de organigramas, nómina, directorio de funcionarios, etc., no obstante, la información pública no es taxativa a la información pública mínima y es el desconocimiento de este principio lo que en ocasiones genera la negativa de información. Por otra parte, se encuentra la simple indiferencia hacia la atención a estas solicitudes de información, y esta indiferencia es simple y sencillamente violación a la ley con pleno conocimiento de causa. Y es esta última la principal razón por la que municipios como Villa Unión y Zaragoza niegan la entrega de información pública en clara violación a leyes tanto federales como locales. Es preciso señalar que Zaragoza es un municipio que es reincidente en este tipo de prácticas, pues no es la primera vez que se rehúsan a entregar este tipo de información y en lo que respecta a Villa Unión, la administración pasada se caracterizaba por la entrega de la misma dentro de los plazos que señala la ley. ¿Simple autoritarismo decisorio para negar información, o simple desconocimiento de responsabilidades en la materia por tratarse de administración nueva? Al final de cuentas, se trata de viejas prácticas discrecionales que buscan ocultar información pública en clara alusión a la apropiación privada de espacios públicos. No se puede hablar de un gobierno con compromiso social si no tiene la capacidad de transparentar sus procedimientos internos y menos cuando se violan derechos humanos tal cual sucede al conculcar el artículo sexto constitucional al negar entregar información pública. En efecto, se trata ni más ni menos que de nuevas y viejas: nuevas administraciones que enarbolan objetivos diferentes, pero que a final de cuentas llevan a cabo viejas prácticas autoritarias e ilegales como negar información que por ley deben entregar en tiempo y forma. Desde luego que se reconoce a municipios como Allende y Morelos, quienes entregaron la información a tiempo, y cuya actuación contrasta con los otros municipios que han iniciado su gestión manchados de opacidad y de ilegalidad.