Es común y patéticamente predecible que, llegada la
temporada electoral, muchos funcionarios o servidores públicos de pronto deseen
brincar como buenos chapulines a otro puesto para seguir al pie de la letra la
sentencia del tlacuache Garizurieta: “vivir fuera del presupuesto es vivir en
el error”. Supongo que deben existir buenos funcionarios que deseen prolongar
su esfuerzo y dedicación para generar el bien común, no obstante,
lamentablemente la mayoría de ellos no poseen elementos que respalden sus “sanas”
intenciones de seguir cobrando de recursos públicos sus servicios muchas veces
cuestionable o simplemente ineficientes. Es por ello que resulta bastante
cuestionable que la diputada plurinominal de extracción panista, Karla Osuna
Carranco, busque ahora prolongar sus paupérrimos servicios legislativos seis años
más en la cámara alta, es decir, desde el senado de la república. La diputada
en cuestión, ha llamado la atención por algunas iniciativas que por sus propias
características son atractivas, no obstante, el contenido es bastante famélico
o simplemente impreciso, y otras iniciativas simplemente no prosperaron. Su producción
legislativa a lo largo de tres años como líder de iniciativas es por demás laxa
y deficiente. Algunas de ellas son la siguientes: propuso modificar la ley
general de educación en su artículo 75 para eliminar el pago de cuotas
escolares a alumnos sin que, hasta la redacción de este artículo, exista una
sola modificación al respecto en dicha ley general y el citado precepto. Así
mismo, ante el siempre alcista número de embarazos en este país, y cuyo
problema requiere de políticas púbicas que vayan en la senda de la prevención,
la diputada realizó propuestas encaminadas a implementar programas dirigidos a
quienes se embarazan a temprana edad, lo cual de ninguna manera ataca el problema,
sino que perniciosamente lo subsidia. De igual manera, ha declarado en medios
sobre el avance de la ley general de juventud, que por cierto es la comisión en
la cual es presidenta, sin que, hasta la fecha, desde el 2016 que se anunciaba
con bombo y platillo su aprobación, exista esta ley en el compendio de leyes
generales de nuestra nación. De pronto pareciera que el trabajo es a medias y
solo busca generar la atracción mediática que denote que está trabajando por el
bien de este país. Finalmente, y lo que pudiera ser su más grande iniciativa,
fue la de su preocupación por la prevención de suicidios en adolescentes y
jóvenes, proponiendo modificaciones que otorguen mayores responsabilidades a
los centros de seguridad social al contratar más sicólogos que atiendan
posibles personas con tendencias suicidas. En lo personal, no alcanzo a
entender cómo el IMSS o el ISSSTE harían para atender a todos los derechohabientes
para buscar posibles suicidas y qué pasaría con aquéllos que carecen de
servicios de salud. En términos generales, me parece que las propuestas carecen
de contenido y solo están hechas para generar atracción mediática. Soy un
convencido de que la producción legislativa apropiada y pragmática deben ser el
respaldo principal para cualquiera que buscara perpetuarse en el trabajo legislativo.
Si así fuera el caso, la diputada plurinominal en cuestión estaría simplemente
reprobada, pero en ese país, un rostro agradable y mucho ruido con iniciativas
inservibles o imprecisas son suficientes para asegurar a muchos seguir viviendo
del presupuesto sin ofrecer resultados contundentes. Aquí, se premia la
ineficiencia.