jueves, 25 de enero de 2018

INTROMISIÓN RUSA

De pronto vienen a la mente de más de uno, los momentos de tensión de la guerra fría, aquel periodo en que los estadounidenses y rusos medían sus músculos en todos los aspectos posibles: desde aeronáutica hasta desarrollo armamentista. Intromisiones de la CIA en nuestro país para evitar el contagio comunista que promovían países como Cuba respaldados por la URSS eran noticia de todos los días. De pronto la URSS y el sistema comunista comenzó a desplomarse, resultó insostenible económicamente hablando y terminó siendo absorbido por un capitalismo salvaje ya descrito por Fukuyama como la única y última opción para la humanidad. Pasaron los años y la hegemonía estadounidense fue incuestionable, hasta que de pronto surge un nombre: Vladimir Putin, quien, en compañía de su delfín, Dimitri Medvedev, comienzan a desarrollar a Rusia hasta encaminarla de nuevo en la senda de las super potencias que de pronto vuelven a tener influencia en todo el orbe. El caso más escandaloso, con cientos de pruebas que indican intromisión, pero sin ser comprobada a cabalidad, fue la sonada injerencia del gobierno ruso en las pasadas elecciones de los Estados Unidos, en donde resultó electo el republicano Donald Trump. Con una trama de novela de acción, al parecer los rusos le entregaron a los republicanos cientos de correos o mails interceptados de la demócrata Hillary Clinton con la intención de “ensuciarla”, más tarde, Wikileaks, hizo públicos correos que fueron pirateados del comité nacional demócrata, con lo cual la teoría de la intromisión cobraba relevancia y sobre todo veracidad. ¿Qué buscaban obtener los rusos con una intromisión en favor del republicano? No lo sabemos, lo que sí se sabe es que el hijo del ahora presidente, tuvo varias reuniones con ciudadanos rusos previos a la elección de su padre. Pero no es sobre el proceso electoral estadounidense y la posible injerencia rusa en los resultados del mismo, sino de lo que pareciera una intromisión más en el próximo proceso electoral de julio en nuestro país, en el que elegiremos al próximo presidente de México. Y es que el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, H.R. McMaster señaló la existencia de una campaña rusa para influir en el próximo proceso electoral de nuestro país. Según la denuncia del funcionario, el candidato de MORENA, Andrés Manuel López Obrador, quien ha sido dos veces candidato presidencial, es visto como el favorito del Kremlin, dada la cobertura positiva que ha recibido de medios de comunicación financiados por el Gobierno ruso como Sputnik y Russia Today. De ahí los cientos de “memes” que de pronto relacionan al “peje” con términos fonéticos rusos. De ser cierto, quizá deberíamos hacernos la misma pregunta: ¿cuál sería el objetivo?, aquí me parece que la respuesta es más sencilla, pues es una realidad que chinos y rusos expanden su economía e influencias por todo el orbe y América Latina es una fuente importante de materias primas, por ello, de existir una conspiración, el objetivo sería más que evidente. Pero dejémonos de teorías dignas de una trama de Kafka, la teoría de la intervención rusa en elecciones en todo el mundo de pronto se vuelve una leyenda urbana llena de evidencias, pero ninguna de ellas contundentes.