miércoles, 8 de noviembre de 2017

TUERTO ENTRE CIEGOS

Los datos son simplemente irrefutables, solo un ciego, con algo de locura y falta de razón podría intentar contradecirlos: la iglesia católica ha venido perdiendo devotos desde el siglo pasado. Según el Centro Pew, en la última centuria los fieles se han reducido en un 30%, y según estimaciones de dicho centro de análisis, para 2030, la iglesia católica será minoría frente al inexorable avance de otras propuestas religiosas menos ortodoxas y conservadoras. Tan solo en México, los devotos han disminuido en un 16%, es decir, poco más de 17 millones de ex adeptos, mientras que los evangelistas han avanzado en un 7%. Muchas son las aristas que pueden explorarse para encontrar causas de la debacle: casos terribles de pederastia, oposición a nuevas formas de matrimonios como el gay, corrupción, etc. Tal vez todo podría resumirse en una sola palabra: conservadurismo. Y es que la cerrazón llena de atavismos contra el cambio, ha hecho que la iglesia quede desfasada y muy lejos de ser partícipe de los cambios que inevitablemente suceden tal cual lo mencionara Hegel en sus triadas dialécticas. Pero no todo es negro y desalentador en una institución llena de ciegos, pues de pronto aparecen elementos con autoridad religiosa que con actitudes iconoclastas llevan a cabo acciones que inyectan esperanza a una institución cada vez venida a menos. Uno que otro tuerto que alcanza a vislumbrar los cambios que muchos ciegos de razón no pueden entender. Así como Lutero se oponía al pernicioso celibato sacerdotal, que bien pudiera ser una causa de la pederastia institucional de la iglesia, existe en la ciudad de Villa Unión, Coahuila, un líder religioso, el presbítero Rogelio Hidalgo Alba, en el Santuario del Santo Niño de Peyotes, quien es una clara muestra de esos tuertos que tanta falta hacen en la iglesia. Este hombre de fe se atreve a realizar acciones nada  ortodoxas en su quehacer religioso como bautizar infantes de uniones gay, bendecir animales, a prestar servicios religiosos, aunque de pronto los devotos no tengan con qué pagar, contrario a la visión empresarial que siempre ha caracterizado a la iglesia al cobrar por todo lo que hace y dice sin piedad alguna. Por supuesto que estas acciones no son bien vistas por los ciegos ultraconservadores que no logran entender una máxima tan sencilla: “todos somos hijos de Dios”, y por lo tanto recibimos el mismo amor y tenemos los mismos derechos, Dios es amor, no exclusión ni discriminación. Este hombre heterodoxo esta, desde su nicho de acción, dando un ejemplo de ser a una institución que requiere reformas profundas, está revolucionando con sus actos siglos de yerros institucionales religiosos que son la causa de la diáspora que ahora afecta a la iglesia y que al no querer aceptar la realidad, llevan a cabo acciones descabelladas como empezar a fabricar santos a escala industrial, para con ello intentar tapar el sol con un dedo y pensar que los cambios cosméticos pueden ocultar una aberración llamada conservadurismo que los está guiando directo al sótano de las preferencias religiosas. Este modesto Lutero a escala que reside en un municipio que muchos coahuilenses desconocen que existe, es un claro ejemplo de lo que la iglesia necesita. Además, por si su actitud proactiva fuera poco, posee la cualidad de la humildad además de un carisma innato. Este tuerto puede ver lo que muchos simplemente ni siquiera alcanzan a entender.