“Aquél que no sabe a dónde va, ya llegó, porque
cualquier lugar es su destino”, con esta frase, Séneca nos dejaba ver la
importancia y trascendencia de la planeación, tanto en la vida personal como en
la vida institucional. Y es que, definitivamente, sin una planeación basada en
FACTIBILIDADES tanto financieras, como técnicas, el resultado en una navegación
al garete. Gran parte de la culpa de que la mayoría de los 2,456 municipios de México
se encuentren subdesarrollados, recae directamente en la ausencia de una hoja
de ruta que defina el proceder de las administraciones públicas sin importar en
absoluto el ismo político del que se trate. Esta planeación, definitivamente,
puede observarse en la concepción que el equipo que conforma el gobierno viene
delineando desde momentos pre electorales, es decir, las propuestas presentadas
durante las campañas electorales. En ese sentido y a propósito del actual
proceso electoral en Coahuila, y en términos generales, pero también
particularizando en la región de los cinco manantiales, los contendientes
auguran simplemente más de lo mismo: mediocridad y subdesarrollo. Las
propuestas presentadas por los aspirantes a las alcaldías de esta región han
presentado propuestas que pueden dividirse en dos grandes aristas: La
ignorancia y los disparates. Ignorancia cuando proponen reformas en ámbitos
ajenos a la competencia y jurisdicción legal de un presidente municipal, como,
por ejemplo: aumentar los salarios, reformar sistemas educativos, disminuir
precios de materias primas, controlar procesos inflacionarios. Resulta absurdo
que no puedan entender que existen tres ámbitos de gobierno con facultades
bastante delimitadas que estriban en ordenes jurídicos también bastante
disímbolos. Resulta una pifia el que un aspirante asegure que incrementará los
salarios cuando estos están limitados por la inflación y ésta última limitada
por las decisiones del Banco de México al modificar las tasas de interés, pero
esto está muy alejado de la comprensión de estos aspirantes. Por otra parte, si las propuestas no están empapadas
de ignorancia, lo están de disparates, pues resulta bastante absurdo que
prometan acciones que simplemente escapan al análisis racional y factible de
una política pública, pues proponer, por ejemplo, médico a domicilio cuando
cada familia lo necesite, solo refleja la falta de un estudio serio sobre dicha
propuestas que en términos simples tiene solo dos posibles resultados: que
simplemente no se aplique o que se lleve a cabo erogando una cantidad de recursos
que tendrá que ser cubierta con deuda municipal mediante la contratación de
créditos heredando un problema mayor a las administraciones posteriores, pero esto,
es lo último en lo que piensan los aspirantes. Desde luego que hay otros que se
han desgarrado las vestiduras al ocupar gran parte de los 60 días de campaña “tocando
almas”, como si se tratara de curas en plena evangelización o exorcistas
extrayendo demonios de cuerpos infestados en plena actitud de incentivar respuestas
emocionales y no racionales a falta de propuesta serias y bien fundamentadas,
pero esa es otra historia y cualquier paralelismo con la realidad simplemente
es fortuito. Sigo esperando propuestas fundamentadas en temas como: reducción
de gasto en nómina, creación de medidores de eficiencia gubernamental por
direcciones y departamentos; confección del reglamento de vialidad y tránsito
municipal; presupuestación “base cero” en las dependencias de la administración
pública para ahorrar y optimizar gasto; presupuesto participativo; transparencia
en ingresos y egresos; gestión de recursos federales a través de los ramos 33 y
28; impulso del sector terciario; etc. En fin, al final, disparates que solo
traerán más de lo mismo y con ello, reforzar el viejo adagio: “cada pueblo
tiene el gobierno que merece”.