No me parece ni siquiera tema sobre el cual disertar al respecto el hecho
del auto destape del secretario del ayuntamiento de Zaragoza, Coahuila, en sus
pretensiones por la alcaldía de dicho municipio; finalmente, cada quien tiene
derecho a tener aspiraciones personales y la ley electoral no restringe este
tipo de actos. Lo que sin duda es bastante cuestionable, es que el funcionario en
cuestión haga uso de conceptos tan delicados en su cuenta personal de Facebook,
tales como “transparencia, rendición de
cuentas y planeación estratégica”, sobre todo cuando Zaragoza es el único
de los cinco municipios de la región de los manantiales que se negó
sistemáticamente a entregar información eminentemente pública requerida a
través de la plataforma del ICAI por quien redacta esta columna. Preguntas que
revisten un alto grado de importancia al tratarse de recursos públicos y toma de
decisiones. A las preguntas referentes a los ingresos del SIMAS y el destino de
los mismos, al monto de la deuda municipal, a la morosidad del predial y a los
recursos captados por dicho impuesto, a los informes de la contraloría y lo
ejercido presupuestalmente hablando en materia de eventos lúdicos y de
esparcimiento, dicho municipio hizo mutis y retaron a la ley de acceso a la
información y protección de datos personales del Estado de Coahuila de Zaragoza
y al mismo tiempo a nuestra carta magna que estipula en su artículo sexto el
derecho ineludible al acceso a la información como garantía constitucional de
todo mexicano. En otras palabras, la injerencia del secretario en los procesos
de rendición de cuentas debe ser absoluta y al parecer junto con las demás autoridades
de dicho municipio no solo violan leyes estatales y federales en materia de
transparencia, sino que también atropellan derechos ciudadanos consagrados en
nuestra carta magna. Y ni hablar de planeación estratégica, pues también se
negaron a entregar información sobre sus planes operativos anuales que quizá y
muy probablemente no existan.
No obstante, no es un mal que sea particular y taxativo al municipio de
Zaragoza y a sus funcionarios, pues según datos del IMCO, la mayoría de los
municipios en México adolecen del mismo mal (60% reprobados en transparencia),
y aunque el IDAIM califica a Coahuila como el Estado con más transparencia a
nivel nacional, este título solo obedece a la publicación de información
pública mínima, por lo que echar las campanas al vuelo es simplemente
incongruente. El problema radica en que los funcionarios piensan que la
información mínima basta para ser transparentes y eficientes, situación que
simplemente se encuentra a millas de ser verdadera. La transparencia sin duda
ess el acicate que permite la eficacia y la eficiencia en el proceder de la
administración pública, sin embargo, en la mayor parte de los municipios aún
hay bastantes resistencias que deben ser simplemente superadas en aras de
generar, en palabras de Castillo Peraza: “El bien común”.