miércoles, 7 de septiembre de 2016

EFICIENCIA CUESTIONABLE

No me parece ni siquiera tema sobre el cual disertar al respecto el hecho del auto destape del secretario del ayuntamiento de Zaragoza, Coahuila, en sus pretensiones por la alcaldía de dicho municipio; finalmente, cada quien tiene derecho a tener aspiraciones personales y la ley electoral no restringe este tipo de actos. Lo que sin duda es bastante cuestionable, es que el funcionario en cuestión haga uso de conceptos tan delicados en su cuenta personal de Facebook, tales como “transparencia, rendición de cuentas y planeación estratégica”, sobre todo cuando Zaragoza es el único de los cinco municipios de la región de los manantiales que se negó sistemáticamente a entregar información eminentemente pública requerida a través de la plataforma del ICAI por quien redacta esta columna. Preguntas que revisten un alto grado de importancia al tratarse de recursos públicos y toma de decisiones. A las preguntas referentes a los ingresos del SIMAS y el destino de los mismos, al monto de la deuda municipal, a la morosidad del predial y a los recursos captados por dicho impuesto, a los informes de la contraloría y lo ejercido presupuestalmente hablando en materia de eventos lúdicos y de esparcimiento, dicho municipio hizo mutis y retaron a la ley de acceso a la información y protección de datos personales del Estado de Coahuila de Zaragoza y al mismo tiempo a nuestra carta magna que estipula en su artículo sexto el derecho ineludible al acceso a la información como garantía constitucional de todo mexicano. En otras palabras, la injerencia del secretario en los procesos de rendición de cuentas debe ser absoluta y al parecer junto con las demás autoridades de dicho municipio no solo violan leyes estatales y federales en materia de transparencia, sino que también atropellan derechos ciudadanos consagrados en nuestra carta magna. Y ni hablar de planeación estratégica, pues también se negaron a entregar información sobre sus planes operativos anuales que quizá y muy probablemente no existan.
No obstante, no es un mal que sea particular y taxativo al municipio de Zaragoza y a sus funcionarios, pues según datos del IMCO, la mayoría de los municipios en México adolecen del mismo mal (60% reprobados en transparencia), y aunque el IDAIM califica a Coahuila como el Estado con más transparencia a nivel nacional, este título solo obedece a la publicación de información pública mínima, por lo que echar las campanas al vuelo es simplemente incongruente. El problema radica en que los funcionarios piensan que la información mínima basta para ser transparentes y eficientes, situación que simplemente se encuentra a millas de ser verdadera. La transparencia sin duda ess el acicate que permite la eficacia y la eficiencia en el proceder de la administración pública, sin embargo, en la mayor parte de los municipios aún hay bastantes resistencias que deben ser simplemente superadas en aras de generar, en palabras de Castillo Peraza: “El bien común”.