Las reglas son claras y precisas, si los maestros que presentan examen y fueron
contratados a partir de 2013 no logran aprobar en tres ocasiones dicha prueba
de méritos, serán despedidos, mientras que aquellos que no logren superar tres
evaluaciones, pero que fueron contratados antes de la aprobación de la reforma
(2013), serán asignados a otras labores y dejarán de impartir clases.
La medida parece drástica, sin embargo, resulta ser suave en cuanto al número
de oportunidades que se les otorgan a los maestros para que puedan aprobar el
mismo examen, además de ser demasiado flexible con aquellos docentes que
simplemente por antigüedad no perderán su empleo, sino que serán reasignados a
distintas áreas administrativas.
Desde luego que la otra cara de la moneda, la parte pragmática, aquella que
hace referencia a los beneficios de quienes aprueben los exámenes además de la
importancia que conlleva la existencia de profesionales ocupando cargos
meritocráticos, casi no es mencionada. Pues además de la posibilidad de
incrementar salarios en más de un 200%, la existencia de una planta profesional
docente es urgente y necesaria en un país que adolece de déficit educativo y
con magros resultados en la materia en cualquier medición tanto interna como
externa.
Desde luego que las inercias no se dejaron esperar, y menos cuando las
evaluaciones, el profesionalismo y la meritocracia no son aspectos
característicos de nuestra sociedad, acostumbrada siempre a esquemas
tradicionales ligados a la ley del mínimo esfuerzo.
Por lo pronto, la evaluación del Sábado pasado con una concurrencia del 98%
fue todo un éxito, sin embargo, aún falta muchos por evaluar, además de la
revisión de nóminas magisteriales para depurar a tantos aviadores y
comisionados que siguen cobrando sin trabajar. Finalmente, la evaluación debe
permear inclusive a las Universidades Públicas, pues la diletancia en docentes
no es un mal del cual estén exentos estos recintos educativos.
Aun y con todo, me parece y soy un convencido de que la reforma ha sido
laxa, pues tantas oportunidades para que finalicen en maestros reprobados
ocupando puestos administrativos en los cuales prácticamente no harán más que
cobrar parecen un premio en lugar de un castigo. Finalmente, tantas
oportunidades no tiene razón de ser en individuos que se supone son
profesionales y dominan su campo disciplinar.
Hay, sin duda, aspectos cuestionables en cuanto a la seriedad de la
reforma, sin embargo, partimos de la idea de que la implementación será gradual,
objetiva y a mediano plazo. Lo importante, es que ya inicio, y lo más
importante, es que pareciera que el gobierno por fin, está dispuesto a no ceder
ante miles de diletantes que desean que todo siga igual en detrimento de la
mayoría.