jueves, 14 de mayo de 2015

ABUSO ENDÉMICO

No hace falta ser un experto en seguridad pública ni tampoco un acucioso observador capacitado para detectar y saber diferenciar ciudadanos ajenos a cuestiones delictivas o felonías, de ciudadanos dedicados al hampa o simplemente con procederes al margen de la ley y el Estado de Derecho. Por eso molesta tanto que elementos del Grupo de Armas y Tácticas Especiales de Coahuila (GATES), constantemente transgredan derechos y garantías individuales de ciudadanos indefensos que no portan armas ni poseen medios para defenderse de abusos de autoridad perpetrados por elementos que han confundido autoridad con autoritarismo. Con elementos que desvirtúan las bondades de la seguridad pública y que confunden las siglas de sus uniformes con vestimentas de impunidad y abuso.
Y es que según la Comisión Estatal de Derechos Humanos de nuestra entidad (CDHEC), tan solo en lo que va del año se han emitido 12 recomendaciones hacia la Comisión Estatal de Seguridad por abusos por parte de elementos del GATE. Así mismo, en 2014, la Asociación Civil Familias Unidas de Piedras Negras, señaló la existencia de 41 denuncias contra elementos del GATE, con casos de desaparición forzada, algunas en 2013, y en ese mismo año, el grupo fue denunciado ante la Organización de Estados Americanos (OEA), por detenciones arbitrarias desapariciones forzadas y tortura. De acuerdo a la Comisión, de 2012 a 2015, hay mil cinco quejas contra los grupos de reacción, entre los que se incluyen, los GATES.
Y no solo abuso conculcando derechos humanos, sino también terribles casos de colusión con el crimen organizado, como el atentado contra el edificio de seguridad pública de Nuevo Laredo, en el que estalló un coche-bomba el cual fue armado por elementos del grupo GATE.
No se trata tan solo de “capacitarlos” en materia de Derechos Humanos, la buena intención de la secretaria de gobernación y de la comisión estatal de derecho humanos resulta ser corta, timorata y formal, pues me parece que una simple “clase” no los volverá similares a los carabineros de Chile o la policía Nacional de Singapur. Sino castigos ejemplares y duros contra aquellos elementos que atenten contra la sociedad que se supone deben proteger. Traición a la patria es el delito más adecuado para estos grupos que han tergiversado la función policial y la proximidad social. Desde luego que no se puede generalizar, existen elementos que ciertamente cumplen con sus labores con pulcritud, pero lamentablemente, unos cuantos mancha la reputación en general de un grupo de seguridad pública seriamente cuestionado desde su formación.
La capacitación en derechos humanos resulta estéril si no va acompañada de acciones punitivas serias y contundentes contra elementos que realicen actos ignominiosos. Acciones a medias ante un problema en escalada. Todo cambia para seguir empeorando y las únicas víctimas somos los desarmados.