martes, 28 de abril de 2015

ZUNDURI: La esclavitud en México

Encerrada, golpeada, prácticamente esclavizada, durante dos años permaneció confinada y encadenada al cuello. Obligada a trabajar planchando ropa durante todo el día y en reiteradas ocasiones ni siquiera se le permitía dormir para que siguiera trabajando. Sufrió quemaduras provocadas con plancha, el mismo instrumento de su trabajo. Recibía poca comida y agua, inclusive había días en que ni siquiera probaba alimento, castigada a propósito por los dueños del negocio.
La historia pareciera un melodrama televisivo, o incluso una novela escrita, sin embargo, Zunduri, como ha pedido que se le llame, es una chica de 22 años que fue esclavizada en un negocio dedicado a planchar ropa en la mismísima capital de nuestro país. El Distrito Federal. Y aunque afortunadamente logró escapar de sus captores, una aparente familia normal en un modesto negocio honrado, su cuerpo una vez examinado aparenta ser el de una jovencita de 14 años, sin embargo, a sus casi 23 años y luego de un examen médico sus órganos tienen el desgaste de una persona de 81 años. Los daños físico y psicológico están ya hechos.
Poco importa quizá la historia de cómo Zunduri llegó a caer en semejante situación, pues el verdadero problema radica en la llamada “trata de personas”, que es sin duda un fenómeno social sumamente pernicioso que está más latente que nunca, y que lejos de considerarlo un caso aislado, da fe de la realidad a la que nos enfrentamos, sobre todo si se trata de una caso en la ciudad más desarrollada de nuestro país.
Solo para darnos una idea de la magnitud del problema, La Walk Free Foundation, estima que en todo el planeta existen 35.8 millones de víctimas de este fenómeno en todo el mundo. Y sin perdernos en datos genéricos, basta solo con echar un vistazo a Tenancingo, ciudad perteneciente al Estado de Tlaxcala, que es considerada la cuna de la trata de personas (particularmente mujeres) en nuestro país. Y aunque es un lugar común y sabido por todos lo que sucede en ese pueblo de 10.000 habitantes, las ineptas autoridades mexicanas aducen no poder hacer nada, pues señalan que el pueblo está llenos de “halcones” que avisan con mucho tiempo de cualquier operativo y ya nada se puede hacer al respecto.
Imagino que las mujeres que son explotadas por proxenetas en esa ciudad no tienen más remedio que sobrevivir en un Estado en el que la autoridad es vencida fácilmente por halcones, y en el que mujeres como Zunduri, deben aprovechar oportunidades de sus captores para poder escapar, de lo contrario, deben quedarse a esperar la hora de su muerte victimas de desgaste provocado por inanición y golpizas diarias.
Ciertamente estamos ante un problema serio, y que de ninguna manera resulta aislado, no sé si habrá personas que piensen que el caso de Zunduri es único en su especie, como lo han tratado de hacer las autoridades capitalinas minimizando el problema de proporciones ecuménicas. De lo único que estoy seguro, es de que nuestras autoridades dan muestra de ineficiencia independientemente del color de las siglas que políticamente representen, y eso, es sin duda un problema que nuestra misma sociedad parece restarle la importancia que merece, salvo la indignación momentánea que no trasciende el noticiero nocturno.