Resulta sumamente difícil distinguir entre una simple
casualidad y actos fabricados con alevosía cuando de la entrega gratuita de pantallas planas en año electoral se
habla. Y es que, el PRI no hace más que continuar con la reforma o migración de
la televisión analógica a la digital iniciada en el pasado sexenio panista del
presidente Calderón.
Por mandato constitucional, al apagón analógico fue
programado para este 2015, quizá los panistas pensaron en su momento que
retendrían la presidencia durante el
periodo 2012-2018 y la entrega en un principio de convertidores de señal y
después modificado por pantallas planas suponía un gesto caritativo que buscaba
ganar simpatías en este año electoral. Sin embargo, ya estando el PRI en la
presidencia la continuidad del proyecto era ya impostergable. El problema, es
que ahora el PAN acusa directamente al PRI de utilizar este programa como parte
de una estrategia de compra de votos, es decir, uso de programas sociales con
fines electorales. La acusación me parece carente de sentido, en primer lugar,
porque la misma estaba ya programada con años de anticipación, por lo que el
PRI puede dar gracias de esa casualidad transformada en suerte de la cual pocos
pueden jactarse, y en segundo lugar, porque la misma conversión digital es
parte de un mandato constitucional que simplemente no puede eludirse.
Ciertamente, y a todas luces el PRI sale beneficiado con
esta medida, de la cual, por ética profesional y para abonar a un ambiente de
imparcialidad y de ecuanimidad en los próximos comicios del primero de Julio,
debe suspender de manera inmediata y acelerar la entrega de las pantallas una
vez terminada la jornada electoral para elegir diputados federales y renovar
las seis gubernaturas que este año
finalizan. Es cierto que la entrega de los dispositivos tiene fundamento legal
y hasta técnico, sin embargo, también es cierto que por prudencia y cordura el
PRI debe suspender la misma para evitar enrarecer el ambiente político
electoral de este 2015. Pues aquí es donde el tricolor tiene la oportunidad de
demostrar realmente ser ese nuevo partido que aducen ser y con virtudes
renovadas que según ellos, les hicieron recuperar la presidencia. La hora de
demostrar con hechos lo que dicen ha llegado.