Nuevamente los datos ofrecidos por el Índice de Desarrollo Humano 2014 del
programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) con respecto a nuestro
país resultan ser sugestivos y reveladores, pues nos muestran una realidad que
ciertamente es difícil de negar, pero aún más difícil de aceptar y asimilar. Los
datos son los siguientes:
Nuestro nivel de escolaridad es inferior a la países africanos como Ruanda,
pues tenemos un promedio de escolaridad de 8.8 años, es decir, ni siquiera la educación
secundaria terminada, y contrastado con una esperanza de vida de 77.5 años nos
dejan como una sociedad con un pésimo nivel educativo a nivel mundial.
En la cuestión de la brecha de género, las mujeres mexicanas ganan menos
que los hombres, pues en términos generales y casi realizando las mismas
actividades, los ingresos estimados son de 10,060 dólares para ellas contra
22,020 de los hombres.
La tasa de homicidios en nuestro país es de 23.7 por cada 100,000
habitantes lo que ubica a México como el país 22 más inseguro de los 173
evaluados en este rubro, cabe mencionar, que en esta lista los mejores
evaluados son los que más se acercan al puesto 173, por lo que un lugar 22 no
debe confundirse y llenarnos de orgullo, sino todo lo contrario.
En el tema del acceso a internet, y esto resulta interesante, y a pesar de
lo que muchos mencionaban de que en nuestro país la mayoría de las personas se
informaban por redes sociales o internet, la realidad es estremecedora, pues
solo el 38.4% de mexicanos cuentan con acceso a internet en el territorio
nacional, quedando en el lugar 94 de 185 naciones evaluadas en este rubro. No es cierto, entonces, que nuestros jóvenes tienen acceso a un mundo
de información.
En México hay 122.3 millones de habitantes, de los cuales el 78.7% vive en
zonas urbanas. En ese sentido, el PNUD estima que en 2030 la población mexicana
llegará a 143.7 millones. Ello trae consigo futuros problemas de planeación
urbana, desgaste de recursos naturales, mayores índices de contaminación y
otros problemas derivados del aumento exponencial de la población.
No obstante y a pesar de todo el magro panorama mencionado, los mexicanos, según
el mismo informe, el 78% de la población está contenta y satisfecha con su
nivel de vida. Dato que llama poderosamente la atención y que nos permite
concluir con una premisa que quizá resulte atrevida: Los problemas siguen y
seguirán, porque los mexicanos ven los mismos como algo natural, lo que
consecuentemente genera aceptación colectiva y ello deriva en conformismo, el conformismo
en apatía y la apatía en inmovilidad. ¡Qué razón tiene aquella frase que dice!:
“Cada pueblo tiene el gobierno que merece”. Oprimidos y reprimidos por
problemas, pero contentos y satisfechos con nuestra realidad. Extraña idiosincrasia.