Desde luego que resulta ser un tema que hiere susceptibilidades colectivas,
sobre todo en un país con la mitad de su población en la pobreza y con cerca de
once millones de mexicanos viviendo en la pobreza extrema.
Y es que para nadie resulta sorprendente o novedoso el saber que lo
expresidentes que ha tenido nuestro país tienen derecho a pensiones vitalicias,
salvo Carlos Salinas y Ernesto Zedillo que renunciaron a estos privilegios,
aunque no a los gastos de “personal de apoyo” que les brinda la presidencia a
todos son distinción, pues bien, los gastos que eroga nuestro erario público
son destinados a Felipe Calderón, Vicente Fox, Luis Echeverría y en menor
medida los dos antes ya mencionados y ascienden a la cantidad de poco más de 40
millones de pesos al año.
Solo por ver un ejemplo, cada expresidente recibe un ingreso mensual de 205
mil 122 pesos y, particularmente, el expresidente Calderón tiene asignadas 19
personas a su servicio lo que genera un costo mensual para nosotros los
contribuyentes de 812 mil 547 pesos. Empleados que ellos designan a su gusto y
conveniencia y cobran mensualmente, por ejemplo, María Antonieta Hinojosa,
prima de Calderón, cobra 95 mil pesos al mes sin saber exactamente cuál es la
función de la señora. Y sin dejar de mencionar que estas 19 personas son aparte
de los elementos del Estado Mayor Presidencial que les son asignados a los
exmandatarios para garantizar su seguridad.
Ciertamente los gastos resultan ser un insulto para una sociedad con
condiciones de pauperismo, sin embargo, resulta ser una situación un tanto
genérica a nivel mundial, pues los exmandatarios de diversos países reciben el
mismo privilegio, George Bush, percibe un sueldo anual de 154 mil euros además
de 70 mil euros para gastos de personal de apoyo, seguridad y viajes. El
expresidente francés Nicolás Sarkozy percibe una pensión vitalicia de 6 mil
euros mensuales, además de otros 11 mil 500 como miembro del consejo
constitucional, por su parte el exministro italiano Silvio Berlusconi percibe
mensualmente 8 mil euros como pensión.
Desde luego que mal de muchos no es consuelo de nadie.
En lo personal, no estoy en desacuerdo con las pensiones de los
expresidentes y menos en nuestro país, pues se han “sacrificado” por su patria
sin duda alguna, lo que no me parece correcto, es el abuso de personas que por
amiguismo o nepotismo cobran sueldos también exagerados sin merecerlos y solo
lo reciben por formar parte de ese selecto grupo de colaboradores y personal de
apoyo de los expresidentes. Pues eso es sin duda un insulto para el grueso de
los mexicanos que trabajamos para pagar los sueldos de funcionarios cuyo
desempeño es cuestionable y sobre todo aún más cuestionable resulta ser la
existencia y utilidad de dichos puestos con cargo al erario y que todavía para
rematar resultan ser vitalicios en perjuicio de todos los mexicanos.