jueves, 21 de agosto de 2014

NEGLIGENCIA

Quizá hace algunos años el tema del medio ambiente y la sustentabilidad no eran de gran importancia ni ocupaban la atención como otro tipo de problemas coyunturales. Sin embargo dadas las condiciones de depredación masiva del hombre reflejada en el cambio climático y sus graves consecuencias, han puesto a este tema en el lugar que siempre le ha correspondido: el de total atención.
Por ello cada día se vuelve más importante el cuidado del medio ambiente y se exige que toda acción humana lleve impregnado el sello de la sustentabilidad ambiental. Por ello resulta un gravísimo y pernicioso acto de negligencia y atentado contra la sociedad en general el derrame de ácido sulfúrico en el Estado de Sonora que ha contaminado el Rio que lleva el mismo nombre con 40.000 metros cúbicos de residuos de cobre. El agua se está convirtiendo en un recurso que empieza a escasear y cuya sobreexplotación se ha vuelto un problema de salud pública que afecta  a comunidades que comienzan a beber agua con arsénico debido a la sobreexplotación de los mantos freáticos. Y en ese sentido, cualquier atentado contra este recurso debe ser castigado con penas ejemplares y tratado como un delito contra la salud, de jurisdicción federal.
Y el caso de Sonora no es el único que ha acontecido en los últimos días, pues en Cadereyta, Nuevo León se ha derramado una buena cantidad de hidrocarburo en el Río San Juan contaminando una parte considerable de este caudal. De igual manera, en El Oro, Durango, el arroyo La Cruz ha sido contaminado con más de dos mil metros cúbicos de peligroso cianuro vertido por la mina Proyecto Magistral, con lo que se ha contaminado el Río Magistral.
Todos estos casos, sin excepción, obedecen a negligencia por parte de los propietarios de dichos vertederos, independientemente de su estatus público o privado, y no se trata de hechos aislados, se trata de atentados contra la salud pública de miles de personas que dependen de dichos afluentes para el consumo de agua y que se ven afectados tanto en su salud, como en sus negocios y calidad de vida por empresas que no efectúan o llevan a cabo las medidas necesarias de vigilancia, supervisión y mantenimiento a sus respectivas instalaciones. Lo mínimo que se espera es que además de las sanciones pecuniarias que se les apliquen, existan también sanciones de carácter penal contra los responsables, llámense gerentes, propietarios o funcionarios cuya falta de atención ha provocado desastres de proporciones aún por definir.

Esperemos que el gobierno federal tome en serio su papel y ejerza todo el peso de la ley sobre esos responsables de delitos contra la salud. Pues de no hacerlo se sentará el precedente para que más actos de negligencia se sigan suscitando en perjuicio de todos los habitantes no solo de esos sectores, sino del grueso de nuestra sociedad. Pues insisto, no se trata de hechos aislados, se trata de un recurso que dentro de muy poco tiempo será el elemento más valioso y el motivo de futuros y graves conflictos sociales.