miércoles, 25 de junio de 2014

LA FALACIA DEL AUMENTO

¿De veras piensa el candidato del UDC, Antero Alvarado, que de llegar a obtener una curul en el congreso local podrá lograr que lleguen más fuentes de empleo, pero sobre todo, como el utopista lo menciona, sean éstos muy bien remunerados?
Sigo pensando realmente que los políticos, y sobre todo los desesperados por acercarse a vivir del erario público, realizan promesas que ciertamente son difíciles de cumplir o en términos más correctos, de implementar o por lo menos de gestionar. Y es que para empezar, no sé si el abanderado Udecista tenga en cuenta que un aumento al salario mínimo en México queda muy lejos de la jurisdicción de los congresos locales; y que la tarifa la fija la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CONASAMI), ente adscrito a la Secretaria del Trabajo (STPS). Por ello, la simple afirmación de que como legislador lograra “mágicamente” que los sueldos aumenten no es más que una tomada de pelo para los ciudadanos a los cuales les ha hecho tan inalcanzable promesa.
Además, si de eso se tratara, hace ya mucho tiempo el salario mínimo, de 67.29 pesos para el área geográfica A, y de 63.77 para el área B, sería no de esa cantidad, sino de mil, diez mil o quizá treinta mil pesos diarios. Además de desconocer quien es la autoridad para la fijación de los salarios mínimos en México, el aspirante a legislador muestra su total desconocimiento sobre reglas sencillas sobre economía, pues la existencia de salarios elevados para todos los trabajadores trae como resultado, además de la inflación y la escasez, la disminución de la tasa de empleo, pues en países en donde existen tarifas mínimas con sueldos altos, las empresas sencillamente no contratan personal para no pagar ese tipo de estipendios y con ello aumenta el desempleo y la pobreza, para ello está el caso más ejemplar: España, que no ha podido salir de la crisis económica que la azota y que en parte es ocasionada por esa política de altos salarios y que sencillamente encarece la contratación de nuevos empleados.
Pero seamos realistas, no se trata de que los políticos en campañas ofrezcan la panacea para todos nuestros males, se trata de ofrecer soluciones que ellos mismos desconocen, pero que solo buscan atraer votos que les permitan cumplir sueños truncados, tal cual es el caso de Antero Alvarado, quien aún no ha podido superar su derrota ante el PRI en la pasada elección en que buscaba la alcaldía de Allende, Coahuila., y que además de dejar despedazado internamente al PAN, le dejó una personal aspiración trunca que desea satisfacer a como dé lugar.

Definitivamente, la falacia de los sueldos bien pagados no tiene sentido práctico alguno, pero en la carrera por la ubre del erario, citando al padre de la ciencia política (Maquiavelo): “El fin justifica los medios”.