jueves, 27 de marzo de 2014

CONGRESO JUVENIL

Además de los pésimos resultados que ofrece el IEPC en cada elección en nuestra entidad, y dejando de lado el enquistamiento en el poder del consejero presidente y de algunos consejeros que solo rotan asientos en un claro ejemplo de privatización de espacios públicos. El IEPC lleva a cabo en comparsa con otras instituciones con desempeño igual de cuestionable como lo es el congreso de nuestro Estado, un congreso juvenil que tiene por objetivo que los jóvenes de preparatoria expresen y debatan sobre los temas más importantes del acontecer político y social de nuestra entidad.
Pues bien, la organización de dicho evento, para no variar, deja mucho que desear, pues para empezar, la convocatoria hace el llamado a la participación de los jóvenes con el objetivo de que debatan, y una vez que los mismos se presentan a las sedes regionales de los debates, los mismos alumnos son evaluados por los mismos alumnos, cosa que no tiene la más ínfima partícula de sentido común, pues según funcionarios del IEPC, la idea es que los jóvenes mediante un supuesto ejercicio democrático elijan a la mejor opción entre ellos, dejando de lado los elementos básicos de un debate: el análisis, la presentación clara de ideas, la profundidad del conocimiento y el desenvolvimiento oral y corporal del expositor. Ello me parece un error gravísimo de fondo, pues entonces la esencia del debate se difumina dejando las virtudes del debate fuera y dimitiendo la elección del ganador exclusivamente  al carisma que los participantes. Así mismo, la cuestión de la forma también es seriamente cuestionable, pues en el evento pasado no hubo requerimientos en cuanto al atuendo de los participantes, pues fueron vestidos algunos de manera formal, otros casual, otros de vestir y otros un tanto desaliñados, sin embargo, el formato también es un requisito importante en eventos de la categoría de un debate sobre temas políticos y sociales.
El siguiente cuestionamiento no es menos importante, pues no existen estímulos monetarios o en especie, ya sean libros, conferencias o algún otro tipo de aliciente que permita que la participación se incremente y que sea de mayor calidad, pues la sola idea de ganar un momento para ir a visitar el congreso local no tiene nada de atractivo más que aquel que supone ser el viaje para aquellos que logran ganar un lugar en dicho evento.

Finalmente, me parece deficiente y diletante el nivel de miras que tiene el IEPEC como ente promotor de la cultura cívica, pues organizar este tipo de eventos, lo cual me parece plausible, resultan ser insuficientes a la hora de cumplir su cometido, pues si su labor de promoción se remite a sus estériles campañas de promoción de votos y a organizar pesimamente eventos como el del congreso juvenil, nos hablan de un instituto que solo realiza eventos para salir del paso. El detalle, es que si en ello se refleja el máximo y único esfuerzo que las huestes del “Pollo Escalante” y el diletante congreso local pueden realizar, por lo menos que el debate juvenil se lleve a cabo como lo que debe ser: un debate con un moderador, un especialista y un jurado calificador y se elija solo lo mejor.