Además de los pésimos resultados que ofrece el IEPC en cada elección en
nuestra entidad, y dejando de lado el enquistamiento en el poder del consejero
presidente y de algunos consejeros que solo rotan asientos en un claro ejemplo
de privatización de espacios públicos. El IEPC lleva a cabo en comparsa con
otras instituciones con desempeño igual de cuestionable como lo es el congreso
de nuestro Estado, un congreso juvenil que tiene por objetivo que los jóvenes
de preparatoria expresen y debatan sobre los temas más importantes del
acontecer político y social de nuestra entidad.
Pues bien, la organización de dicho evento, para no variar, deja mucho que
desear, pues para empezar, la convocatoria hace el llamado a la participación
de los jóvenes con el objetivo de que debatan, y una vez que los mismos se
presentan a las sedes regionales de los debates, los mismos alumnos son
evaluados por los mismos alumnos, cosa que no tiene la más ínfima partícula de
sentido común, pues según funcionarios del IEPC, la idea es que los jóvenes
mediante un supuesto ejercicio democrático elijan a la mejor opción entre
ellos, dejando de lado los elementos básicos de un debate: el análisis, la
presentación clara de ideas, la profundidad del conocimiento y el
desenvolvimiento oral y corporal del expositor. Ello me parece un error
gravísimo de fondo, pues entonces la esencia del debate se difumina dejando las
virtudes del debate fuera y dimitiendo la elección del ganador
exclusivamente al carisma que los
participantes. Así mismo, la cuestión de la forma también es seriamente
cuestionable, pues en el evento pasado no hubo requerimientos en cuanto al
atuendo de los participantes, pues fueron vestidos algunos de manera formal,
otros casual, otros de vestir y otros un tanto desaliñados, sin embargo, el
formato también es un requisito importante en eventos de la categoría de un
debate sobre temas políticos y sociales.
El siguiente cuestionamiento no es menos importante, pues no existen
estímulos monetarios o en especie, ya sean libros, conferencias o algún otro
tipo de aliciente que permita que la participación se incremente y que sea de
mayor calidad, pues la sola idea de ganar un momento para ir a visitar el
congreso local no tiene nada de atractivo más que aquel que supone ser el viaje
para aquellos que logran ganar un lugar en dicho evento.
Finalmente, me parece deficiente y diletante el nivel de miras que tiene el
IEPEC como ente promotor de la cultura cívica, pues organizar este tipo de
eventos, lo cual me parece plausible, resultan ser insuficientes a la hora de
cumplir su cometido, pues si su labor de promoción se remite a sus estériles
campañas de promoción de votos y a organizar pesimamente eventos como el del
congreso juvenil, nos hablan de un instituto que solo realiza eventos para
salir del paso. El detalle, es que si en ello se refleja el máximo y único
esfuerzo que las huestes del “Pollo Escalante” y el diletante congreso local
pueden realizar, por lo menos que el debate juvenil se lleve a cabo como lo que
debe ser: un debate con un moderador, un especialista y un jurado calificador y
se elija solo lo mejor.