viernes, 14 de febrero de 2014

LIBERALISMO DE AVANZADA

Siete años fueron los que tuvieron que transcurrir para que en Coahuila, la idea de permitir que parejas del mismo sexo adoptaran niños se convirtiera en ley; pues en una gran muestra de liberalismo y respeto a la pluralidad se acaba de aprobar mediante modificación a varios artículos del código civil de nuestro Estado la denominada “AdopciónGay”.
Si bien la medida ha encontrado entre sus principales enemigos a la iglesia católica, es preciso señalar que la institución posee poca calidad moral para emitir comentarios axiológicos luego de los escándalos de pederastia y de opacidad sobre el tema que ha mostrado dicha institución religiosa. No obstante y la perenne y obvia reacción de la iglesia, la adopción de niños por parte de parejas homosexuales resulta ser una medida a todas luces positiva, pues en primer lugar, existen miles de niños con padres heterosexuales que decidieron abandonarlos en una clara demostración de poco cariño, y en los casos que conozco, los homosexuales son magníficos padres, amorosos y muy comprometidos con su labor paternal. Así mismo, los niños que crecen en hogares con padres del mismo sexo, difícilmente crecerán con los prejuicios hacia la homosexualidad que la mayoría de las personas poseen en una clara muestra de retroceso y atavismos mentales.
La medida aprobada, además de positiva es eminentemente constitucional, pues simple y sencillamente obedece al mandato de nuestra carta magna de que nadie puede ser discriminado por ningún razón, mucho menos por preferencias sexuales, y el negarle adopción a parejas del mismo sexo es discriminación a todas luces ilegal. Y es que no solo se trata de discriminación, sino de la máxima de que todos somos iguales y tenemos los mismos derecho y, consecuentemente, si la adopción es un derecho, no veo por qué parejas del mismo sexo no puedan adoptar infantes y educarlos ante la insolencia y desnaturalización de progenitores que no supieron ser padres y optaron por desechar a sus hijos. Finalmente, y ante la estulticia de algunos que piensan que los niños de “harán” homosexuales, recientes estudios han demostrado que la homosexualidad es genética y no se deriva de percepciones oculares. Con lo cual me parece, los principales argumentos homofóbicos caen por los suelos de manera contundente.

Definitivamente, la medida es plausible, pues se trata de un avance a todas luces democrático, pues el respeto a las minorías y a la pluralidad es la esencia misma de la democracia, solo falta el elemento cívico de la tolerancia para avanzar por la senda del liberalismo y el respeto hacia los demás, pues como bien lo mencionara el benemérito de las Américas, Benito Juárez García: “El respeto al derecho ajeno, es la paz”. Y justamente, las minorías gozan de los mismos derechos de aquellos que constituimos la generalidad de la sociedad.