Es muy normal y común que ex presidentes emitan y profieran comentarios
sobre el acontecer sociopolítico actual, pues además de ser ciudadanos, conocen
la problemática que adolece nuestro país. Por ello no me parece que sean de mal
gusto sus intervenciones.
No obstante, lo que sí me parece de muy mal gusto es que una vez que han
terminado su gestión, resulta ser que de pronto poseen las ideas que se
necesitan para superar todos nuestros males endémicos que mantienen a éste país
como nación subdesarrollada. Tal es el caso del ex presidente Felipe Calderón,
quien ha tenido recientes apariciones en los cuales ha realizado alguna preguntas
o comentarios indirectos como por ejemplo ¿Cuándo podremos verdaderamente ser
un país de leyes?, ¿Cuándo y cómo podremos construir una Democracia que brinde
soluciones esperanzadoras a los anhelos y demandas de los ciudadanos y les
responda eficazmente?, ¿Cómo le hacemos para que la manera de elegir a nuestros
representantes, que debiera ser nuestro primer consenso genuino, deje de ser
nuestra primer disputa nacional?
Preguntas ciertamente importantes, nodales y trascendentales, sin embargo,
me asalta la duda sobre el por qué estos precisos cuestionamientos no se los
planteo a su gabinete mientras fue presidente por seis años; y todavía más
importante, por qué no solo además de plantearlos cuando tenía la capacidad de
tomar decisiones al respecto, por qué no proponer soluciones a dichas interrogantes
cuando tuvo oportunidad de hacerlo. No me parece apropiado comenzar a
cuestionar sobre problemas en particular cuando hace poco el mismo tenia las
riendas del país en sus manos, en todo caso, sus argumentos deberían ir
orientados más a la parte propositiva que a la inquisitiva.
Sin embargo, el ex presidente ha optado por la parte inquisitiva y no sólo
eso, sino que ha anunciado la eclosión de una fundación de desarrollo humano
sustentable, que será una casa de las ideas, en donde todos los interesados
podamos aportar propuestas y soluciones a dichas interrogantes que el ex
mandatario esgrimió y transformarlas en políticas públicas. Su intención me
recuerda mucho al Centro Fox y su titular, el ex presidente Vicente Fox, quien
de igual manera sigue realizando comentarios como si nunca hubiese tenido
responsabilidad alguna sobre nuestro país, y quienes, en general, parecen
olvidar que sus acciones y decisiones han cimentado gran parte de la estructura
sobre la cual nos encontramos en este momento.
No se trata de cuestionar sólo por hacerlo, mucho menos tratándose de
personas que tuvieron la oportunidad de hacer algo en su momento, se trata de
realizar aportaciones que coadyuven, haciendo uso de su experiencia, en la
resolución de los problemas que aquejan a nuestro país.