jueves, 5 de diciembre de 2013

CISMA EN PACTO

Finalmente sucedió, el Pacto por México ha sufrido su primer cisma derivada de las negociaciones sobre la reforma energética.  Si bien los meteóricos acuerdos al interior del mismo que finalizaban en las cámaras legislativas y que dieron sus frutos con reformas como la de telecomunicaciones, laboral y educativa y que daban señales de un avasallante nivel de acuerdo, unanimidad y excelsa negociación entre las principales fuerzas políticas de nuestro país, se ha topado ahora con el fantasma de la riqueza energética, mismo que resulta ser anatema a la hora de intentar cualquier tipo de reforma al rubro en mención por una gran parte de la sociedad mexicana.  Y es que no es para menos, pues tan solo en lo que al petróleo se refiere, el oro negro mantiene más del 40% de las finanzas públicas en México; por ello no se trata de un tema menor, sino de enormes cantidades de recursos que están en juego y que resultan ser un botín para algunos, poder político para otros, y, finalmente, cuestión de soberanía para terceros. Sin embargo, no es el tema energético lo que ha causado la explosión mediática, sino la fractura del Pacto y este puede ser analizado desde varias perspectivas: la primera es sobre la razón del PRD de abandonar el seno de dicha mesa de negociación y la segunda sobre la gravedad o nimiedad que puede significar dicha ruptura para la Democracia.
En primer término, el PRD tiene toda la razón en abandonar el Pacto, pues dicho partido a invocado a una consulta popular que tiene toda la validez y legalidad posible, pues en el artículo 35 de nuestra constitución se incluyó la realización de consultas populares como derecho de los ciudadanos. Y aunque no hay todavía ley secundaria, la Suprema Corte ha decidido que mientras la ley se encuentre en la constitución, a reserva de si tiene o no ley secundaria, debe aplicarse invariablemente. Y dicho artículo menciona que las consultas deberán tratar sobre temas de trascendencia nacional, desde luego que el petróleo es un tema de interés nacional. Y para llamar a consulta, se debe contar con el respaldo del 2% de los ciudadanos inscritos en la lista nominal, listado que el PRD afirma poseer en estos momentos. Y en caso de realizarse la consulta, si el 40% de los ciudadanos de la lista nominal vota por determinada cuestión, ésta será vinculatoria para el gobierno. En base a ello, el PRD tiene toda la razón al abandonar el Pacto, pues parece que PAN y PRI buscan dejar de lado a la sociedad en tan importante tema.
Finalmente, me parece que la fractura es sinónimo de Democracia, y no de lo contrario como afirma el PRD, pues la Democracia es precisamente pluralidad, divergencias, y no necesariamente unanimidad y en ese sentido en donde la mayoría se imponga existe, invariablemente, la Democracia.

Si el PRD abandona el Pacto es señal de Democracia, pero lo que si sería un atentado a la misma, sería no respetar el artículo 35 de nuestra carta magna. He ahí la esencia del verdadero problema detrás de la aparente fractura.