Humberto del Bosque Villarreal, fue detenido por elementos de la Marina en
Nuevo Laredo, Tamaulipas, el pasado 3 de Agosto, como testigo de esa detención estuvo
su padre, a quien el capitán de ese grupo de marinos le aseguro que sería
liberado a la brevedad, no obstante, el cadáver de Humberto fue encontrado un
mes después a pocos kilómetros del cuartel de la Marina. Esta historia y
algunas más forman parte de una misiva enviada por The Human Right Watch, al presidente Enrique Peña Nieto, para
afirmarle, que a pesar de la retórica de cambio de estrategia que tanto pregona
la actual administración, las fuerzas de seguridad, llámense policías en sus
tres ámbitos así como fuerzas armadas siguen violando sistemáticamente los
derechos de los ciudadanos a quienes se supone deben proteger ante la
arremetida de la delincuencia organizada. Desapariciones forzadas, ejecuciones
extrajudiciales y tortura siguen siendo medidas que las fuerzas de seguridad
siguen aplicando amparados en su autoridad en contra de la ciudadanía.
Y es que, ciertamente, a más de un año del despliegue del nuevo gobierno,
la estrategia de seguridad pública y de recuperación de espacios públicos no ha
dado los resultados que se prometieron, al contrario, no sólo el crimen sigue
al alza y las autoridades abusando de los ciudadanos, sino que se han erigido
grupos armados de autodefensas ante la ausencia del Estado y su capacidad para
implementar un estado de derecho. Esto trae como resultado que los mismos
ciudadanos tomen y usen la fuerza como medida para implementar el orden y la
tranquilidad ante el vacio gubernamental que hasta la fecha ha fracasado en su
estrategia contra la delincuencia. De ninguna
manera, al menos en lo personal, algunos ciudadanos imaginamos que el PRI
poseía la varita mágica que vencería la maldad, no obstante, la guerra contra
la delincuencia y sus fallidos resultados fue una de las causas que sacaron al
PAN de los pinos, y durante toda esa campaña bélica, el priismo como oposición
señalaba que la estrategia estaba equivocada; sin embargo, ahora que son
gobierno no sólo enfrentan al mismo flagelo, sino que se enfrentan a nuevas expresiones que retan al Estado como
lo son las autodefensas, que aunque no son un enemigo directo si ponen en tela
de juicio la capacidad del gobierno para ofrecer seguridad a los ciudadanos.
Por ello la misiva enviada por José Manuel Vivanco, director para las Américas
de HRW, ha señalado el continuismo pernicioso que significa la ineficiencia de
la nueva estrategia de seguridad implementada por el gobierno, pues no sólo no
se reduce el crimen, sino que al abuso de autoridades sobre ciudadanos sigue
siendo cosa de todos los días. Por ello, el gobierno debe reestructurar su
estrategia, pues apenas está en sus albores y puede ser modificada, de lo
contrario, serán seis años de combate directo al crimen, con resultados poco
efectivos y con daños colaterales hacia los ciudadanos sumamente lamentables.