martes, 5 de noviembre de 2013

MENTES ESTRECHAS

“[…] “Reglas para mentes estrechas”… con esta afirmación, el papa Francisco asevera que la iglesia debe volverse más abierta, pues la cerrazón dogmática que siempre ha acompañado a dicha institución a través de sus reglas que ciertamente resultan ser anacrónicas, inveteradas y fuera de lugar han sido la causa de la diáspora interna que ha sufrido la iglesia y que ha fortalecido a otras religiones que son más tolerantes hacia las nuevas formas de expresión social que la iglesia actual y muchos de sus seguidores no toleran en lo absoluto.
Y es que temas tabú para la iglesia como el matrimonio entre personas del mismo sexo, adopción gay, el aborto, el celibato, la eutanasia, el uso de anticonceptivos y demás temas estrambóticos son cada vez más frecuentes dentro de nuestra sociedad liberal, y en la que el respeto al derecho ajeno debe ser la primicia para la sana convivencia del tejido social. El que parejas del mismo sexo, católicas, decidan casarse ha sido un tema que la iglesia no ha tolerado a pesar del incremento de este tipo de uniones que resultan ser tan normales como cualquier otro tipo de unión. Ante este tema, el mismo papa Francisco ha aseverado que la iglesia debe ser más misericordiosa y comenzar a aceptar estas nuevas expresiones sociales. Y cómo no serlo, pues para empezar, medidas como la prohibición del uso de anticonceptivos es una medida regresiva que sirve sólo para generar embarazos no deseados y la propagación de enfermedades de transmisión sexual, esto debido a que pesar de comulgar con dicha religión, la mayoría de sus adeptos de ninguna manera planean ser abstemios hasta el matrimonio, esa manera de pensar es propia de los siglos XIV y XV.
En base a ello, el papa ha anunciado la aplicación de una encuesta para preguntar a sus fieles sobre estos tipos modernos de familias, particularmente las uniones de homosexuales y los divorcios, debido a que ambos van en crecimiento exponencial y no parece que por cuestiones eminentemente dogmáticas, vayan a dejar de hacerlo sólo porque la iglesia sigue con una cerrazón que denota atavismos mentales que deben ser superados en una clara contextualización social.
El celibato bien puede ser parte de la causa de la inmensa cantidad de casos de pedofilia dentro de la iglesia cometidos por sacerdotes en detrimento de infantes. Así mismo, independientemente de que a la iglesia le parezca o no, las parejas gays tienen todo el derecho de adoptar niños que gracias a ineptos padres heterosexuales no reciben cariño ni cuidados que dichas parejas les pueden proporcionar. Así mismo, temas como el aborto o la eutanasia, son temas cuya decisión deben dejárselas únicamente a las personas que deseen recurrir a estas prácticas, y no juzgarlas como si la iglesia estuviera exenta de falencias, pues cada persona es soberana sobre su cuerpo, tal cual lo mencionara John Stuart Mill.

Definitivamente, la apertura debe permear en una institución cuyos dogmas no encajan con estilos nuevos en sociedades actuales, ante ello, la máxima de renovarse o morir debe ser algo en el que no sólo el papa debe estar pensando, sino el resto de los fieles y ortodoxos adeptos que sin duda se opondrán al cambio.