“[…] “Reglas para mentes estrechas”…
con esta afirmación, el papa Francisco asevera que la iglesia debe volverse más
abierta, pues la cerrazón dogmática que siempre ha acompañado a dicha
institución a través de sus reglas que ciertamente resultan ser anacrónicas,
inveteradas y fuera de lugar han sido la causa de la diáspora interna que ha
sufrido la iglesia y que ha fortalecido a otras religiones que son más
tolerantes hacia las nuevas formas de expresión social que la iglesia actual y
muchos de sus seguidores no toleran en lo absoluto.
Y es que temas tabú para la iglesia como el matrimonio entre personas del
mismo sexo, adopción gay, el aborto, el celibato, la eutanasia, el uso de
anticonceptivos y demás temas estrambóticos son cada vez más frecuentes dentro
de nuestra sociedad liberal, y en la que el respeto al derecho ajeno debe ser
la primicia para la sana convivencia del tejido social. El que parejas del
mismo sexo, católicas, decidan casarse ha sido un tema que la iglesia no ha
tolerado a pesar del incremento de este tipo de uniones que resultan ser tan
normales como cualquier otro tipo de unión. Ante este tema, el mismo papa
Francisco ha aseverado que la iglesia debe ser más misericordiosa y comenzar a
aceptar estas nuevas expresiones sociales. Y cómo no serlo, pues para empezar,
medidas como la prohibición del uso de anticonceptivos es una medida regresiva
que sirve sólo para generar embarazos no deseados y la propagación de
enfermedades de transmisión sexual, esto debido a que pesar de comulgar con
dicha religión, la mayoría de sus adeptos de ninguna manera planean ser abstemios
hasta el matrimonio, esa manera de pensar es propia de los siglos XIV y XV.
En base a ello, el papa ha anunciado la aplicación de una encuesta para
preguntar a sus fieles sobre estos tipos modernos de familias, particularmente
las uniones de homosexuales y los divorcios, debido a que ambos van en
crecimiento exponencial y no parece que por cuestiones eminentemente
dogmáticas, vayan a dejar de hacerlo sólo porque la iglesia sigue con una
cerrazón que denota atavismos mentales que deben ser superados en una clara
contextualización social.
El celibato bien puede ser parte de la causa de la inmensa cantidad de
casos de pedofilia dentro de la iglesia cometidos por sacerdotes en detrimento
de infantes. Así mismo, independientemente de que a la iglesia le parezca o no,
las parejas gays tienen todo el derecho de adoptar niños que gracias a ineptos
padres heterosexuales no reciben cariño ni cuidados que dichas parejas les
pueden proporcionar. Así mismo, temas como el aborto o la eutanasia, son temas
cuya decisión deben dejárselas únicamente a las personas que deseen recurrir a
estas prácticas, y no juzgarlas como si la iglesia estuviera exenta de
falencias, pues cada persona es soberana sobre su cuerpo, tal cual lo
mencionara John Stuart Mill.
Definitivamente, la apertura debe permear en una institución cuyos dogmas
no encajan con estilos nuevos en sociedades actuales, ante ello, la máxima de
renovarse o morir debe ser algo en el que no sólo el papa debe estar pensando,
sino el resto de los fieles y ortodoxos adeptos que sin duda se opondrán al
cambio.