viernes, 1 de noviembre de 2013

INE

En realidad es una idea atractiva, federalizar las elecciones acabaría con muchos vicios en las entidades federativas en lo que respecta al desempeño de los institutos electorales locales, quienes, mucho se ha comentado, guardan poca parcialidad a la hora de organizar elecciones. Ante ello, varios institutos electorales estatales han alzado la voz a través de sus consejeros presidentes con diatribas como: ataque a la autonomía de los Estados, gasto excesivo del IFE en comparación con dichos institutos, entre otras acusaciones. Desde luego que les molesta la idea de que un ente con jurisdicción nacional les quite lo que se ha convertido en un negocio en algunas veces hasta familiar.
Y es que tan solo para el caso de Coahuila, el IEPEC adolece de diversas falencias que minan realmente su profesionalismo y su parcialidad a la hora de organizar los comicios electorales.
Para empezar, su cuestionable reclutamiento de capacitadores y supervisores electorales, que queda siempre a discreción del encargado de capacitación en dicho instituto es sumamente deficiente en comparación con el reclutamiento que realiza el IFE, pues en el IFE se seleccionan a quienes obtienen las calificaciones más altas en un proceso más transparente, mientras  que en el IEPC, la transparencia no es una virtud institucional en este proceso de reclutamiento, toda vez que dicha persona es quien decide quien ingresa y quien no independientemente de su desempeño en el examen para ingresar de manera temporal.
Otro de los males del IPEC, es su diletante consejo general, quienes son electos por cuestiones de influencia política y no por méritos académicos como debería de ser. El mismo consejero presidente fue reelecto en una votación intempestiva y súbita al enviar su solicitud de reelección pro siete años y aprobada en “caliente”. Y ni hablar de familiares de funcionarios que llevan años laborando en dicho instituto en un claro ejemplo de nepotismo. Pero quizá su mal mayor, es la facilidad con la que el             IEPC aprueba la conformación de más partidos “morralla” en nuestra entidad, pues hasta la fecha abundan los partidos en Coahuila que sólo sobreviven por sus coaliciones que realizan en cada elección con partidos grandes y que reciben cantidades de dinero que bien pudieran canalizarse a otras necesidades más apremiantes de Coahuila.
Finalmente, la capacitación y educación cívica del IEPC es paupérrima, pues en cada elección siempre el gran triunfador es el abstencionismo electoral. Denotando con ello el mediocre y diletante trabajo del IEPC en el área de educación cívica.

Definitivamente, son muchos los detalles que dan la bienvenida a una iniciativa como la conformación de un ente nacional que sea el rector electoral en los tres ámbitos de gobierno, pues la eficiencia, la transparencia y el profesionalismo serían, invariablemente, superiores a las condiciones que actualmente reinan dentro los institutos electorales locales.