No se trata sólo de reformar el mediocre y paupérrimo sistema educativo que
tenemos en la actualidad, plagado de ineficiencia, diletantismo,
corrupción y opacidad, sino que la
reforma educativa también se trata de
ofrecer resultados que puedan ser medibles, analizados, observados y vigilados
por todos los ciudadanos en general.
Y es que en transparencia se han logrado avances muy loables desde el año
2000, al menos en el gobierno federal con la confección de la ley de
transparencia y acceso a la información pública gubernamental (LFTAIPG) y su brazo operativo, el Instituto Federal de
Acceso a la Información Pública (IFAI). Y aunque ha habido demasiadas
reticencias e inercias reacias al cambio, a marchas forzadas la transparencia
se ha ido abriendo brecha en un sistema político económico caracterizado
perennemente por su opacidad y falta de transparencia. Pues bien, todo avance en
materia de transparencia y rendición de cuentas parece ir en retroceso
ostensible debido a la sumisión de nuestros legisladores ante las arremetidas
de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), quienes
siempre se han negado a ser evaluados y quienes han afirmado que la nueva
reforma educativa y sus lineamientos no tendrán eco ni jurisdicción sobre el
dominio de la CNTE, particularmente Oaxaca. Y para ello han contado con el aval
del PRD quienes se han encargado de eliminar de las leyes secundarias la
transparencia en las evaluaciones que realice el Instituto Nacional para la
Evaluación Educativa, en una clara entrega de prerrogativas en el marco de una
intolerable negociación a la cual se ha prestado el gobierno federal mostrando
su debilidad ante los grupos sindicales en nuestro país.
Ahora resulta que los maestros de la coordinadora serán evaluados, si es
que ellos lo permiten, pero los resultados de dicha evaluación no serán
públicos, es decir, los padres de familia y la sociedad interesada en general
no tendremos derecho a saber los resultados de los exámenes de los maestros
independientemente que algunos de ellos ni siquiera sepan rebuznar. Qué bueno que el PRD se autoproclama un
partido de izquierda, de avanzada y comprometido con la transparencia como hace
tiempo lo divulgo en spots televisivos aduciendo que fueron los únicos en
transparentar sus gastos de campaña. Lamentablemente, dichas aseveraciones caen
de manera contundente debido a la complicidad con la que en contubernio con la
CNTE se han encargado de opacar y mantener en “lo oscurito” los resultados de
las evaluaciones que ciertamente son la medula de la reforma educativa.
Qué lástima de representantes y qué lástima de gobierno que cede a los
chantajes de un grupo de maestros que piensan que las plazas son privadas y
tienen dueño independientemente del profesionalismo con el que se desempeñen en
el aula. En fin, duro golpe a la transparencia y duro golpe a la democracia en
un claro ejemplo de retroceso político y social.