miércoles, 2 de octubre de 2013

DESVIRTUAR

Siempre he sido un promotor de la participación ciudadana, pues soy un convencido de aquella máxima que un día estableciera Arthur C. Clarke: “La tarea de gobernar es tan difícil y complicada, que por ello no debemos dejársela sólo al gobierno”.
Pues bien, también soy un convencido, de que existen pocos organismos de la sociedad civil que se dediquen a co-gobernar o a coadyuvar en la resolución de problemas de índole social. Y en ese sentido, estoy más que cierto que el camino menos indicado para tan loable labor es el sendero de la política.  Pues la existencia de un presupuesto y la dependencia del mismo para poder subsistir como Partido Político desvirtúa las buenas intenciones y las supedita a negociaciones muchas veces alejadas de ideales y principios pragmáticos trasladando dichas lucha a la llamada guerra de facciones.
Y es el caso de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA) en Coahuila, de quienes es ya sabido por propios y extraños, está buscando el registro como Partido Político en nuestra entidad, cosa que, inexorablemente, sucederá en detrimento tanto del erario público como de su supuesto compromiso con los trabajadores agrícolas.
Y es que no es necesario profundizar en el  tema agrario para enterarnos de la gravedad de dicho rubro en nuestra entidad, pues los campesino son vistos desde dos perspectivas, la primera es desde la clase baja, cosa que no le interesa ni al gobierno ni a la UNTA, y desde la perspectiva del gobierno; los cuales son llamados pequeños propietarios. Es decir, los campesinos son vistos desde dos enfoques, por ello los grandes apoyos al agro como por ejemplo el subsidio al diesel resultan ser una burla para los verdaderos campesinos, como si todos ellos tuvieran tractores, maquinas que, cabe mencionar, sólo poseen los pequeños propietarios y quienes realmente se benefician con dicho subsidio.
Pues bien, conozco personalmente a varios campesinos, quienes poseen pequeñas parcelas de tierra y quienes viven en la miseria sangrados por los coyotes y olvidados por el gobierno y con total desconocimiento de la llamada UNTA. Y para quienes los apoyos como el PROCAMPO, son un simple paliativo coyuntural que no les sirve absolutamente para nada. Además, en lo personal, no conozco alguna investigación sobre la situación del campo y sus posibles soluciones por parte de la UNTA en nuestra entidad, ni mucho menos alguna propuesta tendiente a sacar de la miseria a miles de campesinos que no poseen más que sus cultivos temporales y subvaluados gracias al coyotaje.

Pero eso sí, su trabajo político es intenso, a grado tal que están a punto de ingresar al sistema de partidos en nuestra entidad para disfrutar de las privilegios, canonjías, emolumentos y prebendas que otorga el erario a grupos que han sabido lucrar con las necesidades de fracciones de la sociedad, desvirtuando por completo lo que en un principio debieron ser una sarta de buenas intenciones.