miércoles, 18 de septiembre de 2013

REFORMITA

No es, de ninguna manera, una reforma hacendaria, es una reforma netamente fiscal con objetivos eminentemente recaudatorios. Se pensó en recaudación, en asistencialismo, pero nunca en productividad y despegue económico. Justamente revisaba en clase con alumnos dos temas importantes: El combate a la pobreza y el seguro de desempleo en nuestro país. La conclusión no puede ser otra que dinero tirado a la basura, pues a la larga el gasto será más exponencial y los resultados serán los mismos de siempre. Ya lo he señalado en otra de mis columnas, los programas de asistencia social como “Oportunidades”, a lo largo de sus 16 años de vida no han disminuido la pobreza en nuestro país, al contrario, la han incrementado, pues actualmente en México, existen 53.3 millones de personas que viven en situación de pobreza, lo que significa un aumento de medio millón a los 52.8 millones de personas que en el 2010 se encontraban en esta condición. Mientras que para el caso de la denominada pobreza extrema, en la actualidad se estima que hay 11.5 millones de personas que viven en ésta condición y gran parte de esa pobreza está directamente relacionada con la falta de empleo, ahora bien, si los desempleados, algunos de ellos que simplemente no quieren trabajar, se les empieza a subsidiar con un seguro para que se les pague mientras consiguen empleo, ello significa que los que si trabajamos y además somos cautivos del sistema tributario tendremos que cargar con un lastre más que mantendrá a algunos en un esquema de comodidad sabedores de que el gobierno les estará pagando por no trabajar, y este escenario es totalmente improductivo en momentos en que son imprescindibles  altos niveles de productividad y competitividad para disparar el crecimiento y desarrollo de nuestra economía. Y para ello a los cautivos de siempre nos aumentarán el ISR, las croquetas de los perros y un aumento a las bebidas azucaradas, con el supuesto objetivo de combatir la obesidad, no obstante, las bebidas como el refresco son responsables tan sólo de un 5% del aumento de la obesidad. Las pizzas, hamburguesas, tacos, quesadillas y demás antojitos son los responsables de gran parte de la obesidad, si el objetivo es combatir dicho flagelo, que se graven entonces también a todas las fritangas.

Finalmente, lo que me parece peligroso, es el gasto público deficitario del 1.5% del PIB, pues sencillamente significa más deuda pública, si bien fue cierta aquella frase de Echeverría de “Gastar para Crecer”, cuando el endeudamiento se utiliza en asistencialismo es sencillamente dinero tirado a la basura, caso contrario que se utilizara para promover las inversiones en infraestructura, capacitación laboral y promoción económica el resultado sería distinto, no obstante, ese no parece ser el objetivo del gobierno, pues han anunciado una reforma hacendaria eminentemente social, es decir, asistencial. Y ni hablar de la intención de la homologación del IVA en 16% en la frontera norte, lo que significará, sencillamente, la quiebra de muchas empresas y negocios que no pueden competir contra los precios estadounidenses. Definitivamente, la reforma se quedo corta, no pasará de ser una reformita que, por cierto, espera recaudar anualmente  239,700 millones de pesos adicionales del alza de impuestos, será, sin duda, dinero mal gastado, como siempre.