Para empezar, fallida resultó la predicción del consejero presidente del
IEPC, Leopoldo Lara Escalante, al asegurar que la participación rondaría cerca
del 70%, sinceramente no se en que estaba pensando el “pollo Escalante” al
afirmar tan aventurada y temeraria predicción. Sin embargo, no se trata del
fracaso de la labor cívica del IEPC en esta jornada electoral, sino de los
resultados mismos de las elecciones, pues interesante se dibuja el nuevo
panorama político electoral en nuestra entidad al castigar en términos
generales al priísmo en varios municipios. Así mismo, lo que quedó claro de
manera ostensible es la tremenda crisis de representatividad que atraviesa
nuestro sistema político en su conjunto, y para muestra las elecciones en
Coahuila.
Tomando sólo dos municipios para demostrar tal aseveración, Allende y San Pedro de las Colonias, el candidato
ganador del primer Municipio en cuestión, el priísta Reynaldo Tapia, obtuvo la
votación directa de 4,485 votos según datos del PREP, de una votación total de
18,679, es decir, que el candidato ganador solo representa tan sólo al 24% de
los votantes en dicha localidad. En términos más casuísticos, Reynaldo sólo
goza de la simpatía y respaldo de 2 de cada 10 ciudadanos de Allende, Coahuila,
el resto no se sienten representados por dicho personaje, en ese sentido su
legitimidad es ínfima. Por su parte, de una votación total de 82,634, Juan
González, candidato priísta en San Pedro de las Colonias, tan sólo obtuvo la
votación directa de 18,016 votantes; es decir, de tan sólo el 21% de los
sufragios de tal localidad, por lo que de la misma manera goza de la simpatía y
apoyo de tan sólo 2 de cada diez sampetrenses.
Ellos nos da una idea más precisa de la seria crisis de representatividad
que atraviesa nuestro sistema político, y la culpa recae directamente en dos
cuestiones que me parecen medulares: la excesiva existencia de partidos políticos
y la falta de profesionalismo al promover la educación cívica y la
participación ciudadana de manera adecuada por parte de los organismos encargados
de tan importante tarea, esto sin darle la importancia que merece al
desprestigio que gozan los partidos políticos que más bien funcionan como
agencias de colocación y que son dominados por facciones cuyo motor principal
es el dinero.
Pero regresando a la representatividad, me parece que a dichos alcaldes
electos les espera una gran tarea, a reserva de su poca legitimidad, tendrán
que innovar, gestionar, planear, decidir, analizar, ponderar, y todo ello
realmente les queda muy grande, por ello es preciso que la sociedad comience a
co-gobernar, a inmiscuirse en la vigilancia del quehacer gubernamental, que el
ICAI empiece de cero su trabajo con estos gobiernos que empezaran el primer día
de Enero su gestión administrativa. En términos generales, que la falta de representatividad
y legitimidad sea sustituida por participación ciudadana, pues como lo decía
acertadamente Arthur C. Clarke: “La tarea de gobernar, es tan difícil y
complicada, que por ello no debemos dejársela sólo al gobierno”. Estamos ante
una crisis, es menester enfrentarla sin más dilaciones.