Luego de revisar a Robert Dahl, a Kelsen, a Zovatto, no logro llegar a la
conclusión que me permita entender cuál es el mejor o el menos pernicioso
escenario para la democracia participativa, es decir, poder otorgarle
características cuantitativas exactas a la denominada “pluralidad”,
concepto inherente a todo sistema
democrático.
Y es que resulta asombrosa la cantidad de adefesios políticos que
participan en la elección local del próximo siete de Julio, pues son nada más y
nada menos que 12 institutos partidistas que recibieron el visto bueno del
Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Coahuila (IEPC) para poder
participar en dicha competición. De ahí mi perenne cuestionamiento: ¿son
realmente necesarios tantos partidos para asegurar el éxito de la Democracia?
Me parece que la respuesta es no, a reserva de los motivos subrepticios y
tácitos que han dado origen a los partidos políticos, sobre todo los de
registro local como lo son los recientes Partido Joven y de la Revolución
Coahuilense, no resultan ser necesarias tantas ofertas para que el ciudadano
pueda elegir la opción que mejor le parezca apropiada, todo esto sin entrar en
detalle sobre el enorme costo con cargo al erario que supone la existencia de
estos partidos.
En lo personal me sorprende la facilidad con la que el IEPC aprueba la
creación de tantos partidos morralla, pues en su supuesto afán de garantizar la
participación ciudadana aprueban y formalizan institutos para que cada sector
esté representado. Y esa no es la esencia de la Democracia. Como ciudadano
netamente apartidista me parece más sensato que el IEPC ponga en marcha los
mecanismos que existen en la Ley de Participación Ciudadana de Coahuila, me
refiero al Plebiscito, al Referendo y a la Iniciativa Ciudadana, pues de esa
manera la participación ciudadana es más directa, menos costosa y no se vuelve
negocio para particulares como sucede con las franquicias recién aprobadas por
la autoridad electoral. Si la creación de nuevos partidos tiene la finalidad de
garantizar que nuestras exigencias se vuelvan realidad, me parece que la
Iniciativa Ciudadana puede ser más exitosa en ese aspecto. El detalle, es que
desde que se aprobó la ley en mención, nunca he participado en un plebiscito o
referendo, y el único recuerdo que tengo de Iniciativa Ciudadana era aquella
famosa campaña de la “Burbuja” Raúl Sifuentes de “Tu firma si gobierna”, con
claras intenciones y matices netamente políticos.
Si de “pluralidad” se trata, me parece que el IEPC se equivoca por completo
al aprobar partidos y más partidos, y como no hay topes para la pluralidad, no
nos sorprenda que para la próxima elección se registren tres o cuatro contendientes
más.
Si tan sólo el IEPC hiciera cumplir la ley de participación nos
ahorraríamos una enorme cantidad de dinero, la democracia sería más directa, la
pluralidad tendría sentido, pero se afectarían intereses económicos y políticos
que luchan en comparsa con el IEPC, para que la simulación sea cada vez más
efectiva.