jueves, 30 de mayo de 2013

¿CLASE MUNDIAL?

Con el slogan de: “Una empresa de clase mundial”, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ostenta de manera constante una imagen que ciertamente no corresponde a la realidad, y es que sin ánimo de generalizar una percepción o situación particular, dicha empresa carece de los elementos básicos para autodenominarse con categoría ecuménica. Pues tan sólo en la colonia Ignacio Allende, en Allende, Coahuila, ya se sabe con mucha antelación, que a partir del mes de Mayo de cada año y hasta el fin de la primavera, la energía eléctrica se cortara de manera intempestiva e inexorable por lo menos en unas seis ocasiones, y todo esto debido a que la infraestructura de la CFE resulta ser obsoleta, anacrónica, inveterada, desfasada y poco funcional al no poder soportar la carga de consumo de energía que se incrementa por las altas temperaturas, no conforme con ello, hay que esperar aproximadamente seis horas para que elementos de la empresa de clase mundial acudan a reparar sus aparatos de alta categoría.
Pero dejando de lado particularidades, es menester echar un lacónico vistazo a la realidad objetiva de la CFE: Pues nada más en el lapso entre 2005 y 2011, la generación bruta de  de la paraestatal bajó 15%, es decir, de generar 170 terawatts-hora a 145.06. No obstante, en lo que sí tuvo un aumento, fue en el número de empleados permanentes, al aumentar de 56 317 a 68 507, es decir, un 21%, con el lastre que supone para el erario la condonación de consumo (indiscriminado) por parte de los empleados de dicha empresa.
Así mismo, nada más en 2010, tuvo una pérdida de 55 mil millones de pesos a pesar del aumento constante de las tarifas de energía y la existencia de por lo menos 30 tipos de tarifas distintas. Y para finales del año 2012, la CFE reportaba un pasivo total de 849 mil 467 millones de pesos, un incremento del 12.24% con respecto a 2011, lo cual quiere decir en términos técnicos, que la CFE es una empresa quebrada, de clase mundial pero quebrada. Para dejar de lado las cifras, la mitad de la generación de energía eléctrica en México es efectuada por compañías trasnacionales, es decir, la CFE está parcialmente privatizada, situación que resulta ser inconstitucional.

En lo personal me parece adecuado que la CFE se privatizara con el tiempo, pues con ello se remodelaría toda su deficiente estructura, se recortaría el personal de sobra y se eliminaría ese insostenible privilegio de los trabajadores de no pagar energía eléctrica y así evitar el despilfarro de la misma. Pero la más importante, es que no habría más apagones en los veranos de 48-50 grados y en caso de alguno, la reparación sería inmediata. El fin justifica los medios, por lo pronto, el eslogan de la CFE se refiere a una realidad que dista mucho de lo que actualmente sucede en todo el país.