En su afán por dar visos y señales de incentivar la participación
ciudadana, el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Coahuila
(IEPC), vuelve a cumplir con simples formalismos en el cumplimiento de su
deber.
La semana pasada dicho instituto organizó y llevó a cabo el concurso
juvenil denominado “Legislador por un día”, el cual consistió en que los
jóvenes presentaran propuestas y escoger entre ellos mismos, en términos
coloquiales, a quien presentara la mejor propuesta legislativa. No obstante,
dicho evento dejo atisbar el formalismo y la poca seriedad con la que el IEPC
simula incentivar la participación ciudadana. Y es que dicho evento adoleció de
varias falencias:
Para empezar, la idea de que los jóvenes escojan entre ellos mismos la
mejor propuesta no es nada razonable, pues a duras penas los estudiantes
abordan un tema en particular como para saber apreciar las bondades o
adversidades de alguna otra propuesta legislativa ajena a la suya desde un
punto de vista analítico y objetivo. La falta de un jurado que delibere y
decrete un ganador en base a las aportaciones legislativas le resta objetividad
y seriedad al evento en general. De igual manera, no se valoraron las
aportaciones, sino el carisma de los participantes, pues a excepción del grupo
que con mucho orgullo acompañe, nadie más presento propuestas legislativas
tendientes a modificar escenarios con deficiencias reglamentarias tan obvias.
Reducir los requisitos en la actual ley de participación ciudadana para
volver una realidad las llamadas iniciativas ciudadanas al disminuir el número
de ciudadanos necesarios para presentar dichas iniciativas; modificar la ley de
transparencia en nuestra entidad para dar celeridad a dicho procedimiento
administrativo y castigar de manera ejemplar a quienes nieguen información pública;
adecuar a los marcos curriculares educativos en nuestra entidad materias
relativas a el acceso a la información, conocimiento de los mecanismos de
participación ciudadana, y otros temas más importantes con propuestas claras y
precisas no fueron valoradas en dicho evento.
¿Cómo espera el IEPC realmente motivar a la juventud apática y desinteresada
a que participe en la cuestiones públicas, si no se toma en serio el único
grano de arena que aporta a este tan importante tema? Si el objetivo es simular
educación cívica, entonces que organice eventos de lucha libre como en la
elección pasada para llamar la atención y evitar robar el tiempo y talento de
jóvenes que realmente identificaron y analizaron un problema, le dieron
solución posible a través de una propuesta legislativa, prepararon argumentos y
fuentes bibliográficas, para que no existiera jurado y mucho menos se valoraran
las propuestas, en un claro evento vacuo, diletante y poco profesional.