jueves, 11 de abril de 2013

¿DISIDENCIA DÉBIL?


Resulta difícil y hasta paradójico tratar de entender y sobre todo de satisfacer tanto a la comunidad en general como a la comentocracia en particular, sobre el óptimo o el mejor camino o desempeño que puede o debe tomar cualquier autoridad en cualquiera de sus ámbitos de gobierno.
Y es que para nadie resulta desapercibido el meteórico avance que registra el gobierno de Enrique Peña Nieto en la exitosa aprobación de reformas de carácter constitucional derivado de las iniciativas que su gobierno ha presentado como parte de su propuesta de trabajo.
El detalle, es que algunos integrantes de la llamada comentocracia han criticado el éxito del actual gobierno en materia de producción legislativa mencionando que la disidencia esta casi extinguida y que esto es pernicioso para la democracia en general, al criticar que la mayor parte de las reformas se planean y se detallan en la mesa del llamado “Pacto por México” y de ahí nada mas pasan a ser aprobadas en el poder legislativo.
Estas críticas, en lo personal me parecen absurdas, pues precisamente la falta de acuerdos y la abulia legislativa eran una de las principales causas de la falta de avance en éste país desde la independencia del poder legislativo en 1997. A partir de ese momento los llamados gobiernos divididos o yuxtapuestos no permitían la concordancia en aspectos nodales para el desarrollo de México.
La mesa de “Pacto por México” es la antesala de los proyectos de reforma legislativa en estos momentos, lo cual me parece sano, pues en ella están representada la pluralidad de vertientes políticas e ideológicas de nuestro país y ello le da legitimidad a las iniciativas que en dicha mesa se acuerdan. Por ello no alcanzo a ver el verdadero problema o los detalles incómodos que molestan o asustan a algunos intelectuales de nuestro sistema político.
Si el problema antes era la falta de acuerdos, ahora el problema es la existencia de ellos, de ahí que resulta difícil encontrar un justo medio que deje satisfechos a todos. Lo que sin duda resulta loable, es la aprobación o puesta en marcha de reformas tan importantes como la educativa y la  referente en materia de telecomunicaciones. De ahí que los resultados del acuerdo del “Pacto” son más pragmáticos que deplorables y el avance en materia legislativa resulta sorprendente y benéfico a pesar de que a algunos los sorprenda o intimide el avance acelerado hacia el desarrollo que estaba desde hace muchos años postergado.