martes, 26 de febrero de 2013

AQUÍ YACE UNA GUERRERA


“Para morir nací", y en su epitafio desea que se escriba: “Aquí yace una guerrera” [sic]; con esas palabras casi proféticas la lideresa vitalicia del SNTE lanzaba su último reto al gobierno y a los poderes constituyentes al desafiar la inminente aprobación de la reforma educativa.
Y tan proféticas fueron que se materializaron en su detención en el Estado de México acusada de “desvío sistemático de recursos” y con ello, inexorablemente,  su muerte simbólica como lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
Poco importa realmente hablar de las cantidades desviadas, pues me parece que las cantidades presentadas por el Fiscal, Murillo Karam, se quedan cortas ante la terrible rapiña de la Gordillo y muchos de sus secuaces.
Cirugías estéticas, compra de casas lujosas, compra en tiendas departamentales de lujo, son algunos de los destinos del dinero supuestamente desviado y todo eso sin mencionar sus viajes a África en donde pagaba para que sacrificaran leones para ser bañada con sus sangre y así regresar con poderosos hechizos que le permitieran seguir siendo la perniciosa e intocable lideresa vitalicia. Ninguno de sus excesos resultaban sorprendentes, verdaderamente, para el grueso de la sociedad mexicana, lo que resultaba sorprendente era la tolerancia de los propios maestros quienes siempre le otorgaban contundentes victorias en los comicios internos magisteriales. A grado tal que la nombraron líder vitalicia del sindicato más grande de Latinoamérica.
Aunque se escuche grotesco, la figura de Gordillo representaba el último obstáculo a vencer por parte del gobierno para extender en su totalidad la reforma educativa, aún y a pesar de las protestas de maestros que desconocen en su totalidad la esencia de la reforma y que se manifestaban por el solo hecho de cumplir órdenes sindicales. En ese sentido, dicho obstáculo debía ser eliminado y para ello el gobierno ideó, preparó y ejecutó una excelente maniobra de la cual, me parece, la  maestra no saldrá bien librada.
Quizá lo único lamentable es que los políticos y líderes saquean, roban, sustraen y pisotean a los ciudadanos de este país con total impunidad y no es sino hasta cuando al mismo gobierno le molestan algunos de estos adefesios o se interponen en sus objetivos, es cuando realmente se disponen a impartir justicia, porque es una lástima que tuvieron que pasar más de 20 años, desde que Carlos Salinas la impusiera al frente del SNTE, para que el gobierno se diera cuenta de sus felonías, se pusiera a investigar y actuara en consecuencia.