Era un acontecimiento que ya se veía venir, pues desde hace tiempo la
izquierda encabezada por López Obrador no reconoce la derrota electoral bajo
ninguna circunstancia, y dicha inconformidad no podía ser soportada otros seis
años por el mismo PRD. Y no es que la aparición de más partidos políticos sea
negativa para la democracia, pues la pluralidad en general nunca será satisfecha
al cien por ciento por los institutos políticos. Aunque por supuesto que suponen
siempre ser una carga económica más para el erario público.
La intención de Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) de convertirse
en Partido Político supone ser un duro golpe a la izquierda en nuestro país,
pues a pesar de existir partidos de izquierda en nuestro sistema político, el
PRD era por excelencia el ente que enarbolaba las ideas de izquierda en nuestro
país, a pesar de haber nacido a la sombra del PRI en los años ochenta.
El PRD ha recibido con la separación de MORENA un duro golpe a su
militancia, pues con todo y sus defectos, López Obrador ha resultado ser un
líder político carismático que acercó en dos ocasiones seguidas al PRD a la
presidencia de la República. Y su presencia atrae un buen número de militantes
de izquierda que sin duda lo seguirán en su trayecto en MORENA hacia la
conformación de un Partido Político. Por ello la izquierda en este momento se
encuentra débil y hasta cierto punto agonizando, pues la misma actitud negativa
de López Obrador sin duda le restará simpatizantes al mismo movimiento de
MORENA si no cambia su discurso aversivo al gobierno y lo transforma por uno
crítico-constructivo.
En lugar de comenzar a trabajar en un proyecto a futuro de izquierda y
fortalecer figuras como la de Marcelo Ebrard o el propio Miguel Ángel Mancera,
la izquierda ha optado por atomizarse de tal manera que el PRD se dirige,
inexorablemente, a formar parte de los llamados partidos morralla dentro de un
escenario, cabe mencionar, de fortalecimiento del PRI, pues con la recién
desbandada panista, la noticia de la intención de MORENA refleja debilidad de
la oposición en un contexto de fortalecimiento priísta que se ha demostrado
incluso en el trabajo maratónico que lleva la actual legislatura en el congreso
de la unión. Lo cual, por cierto, resulta ser muy positivo.
Si la derecha en nuestro país se ha desbandado, la izquierda por su parte
se está fraccionando, y no hay peor escenario que un movimiento ideológico
despedazado como está sucediendo con la izquierda en nuestro país.