miércoles, 16 de enero de 2013

OBSTÁCULO AL DESARROLLO


Se ha vuelto un paro injustificado, se han malversado las intenciones originales de la reforma educativa al esgrimir palabras como “privatizar”, “despojo”, “abuso de autoridad”  Y es que el sindicato de maestros (SNTE) aduce que están de acuerdo en la evaluación, pero que difieren en lo referente a la pérdida de dichas plazas en caso de no aprobar las evaluaciones. Y si esa es la tesitura en la que el SNTE decide amparar sus paros y movilizaciones, ¿entonces de que sirve la reforma?, ¿qué caso tiene que se les evalúe si no habrá castigos a la mediocridad? Reformar y cambiar para que todo siga igual no me parece una política gubernamental congruente y positiva. No obstante, en ello radica la exigencia del SNTE.
Si alguien ha privatizado las plazas públicas en este país ha sido precisamente el SNTE, pues no sólo las volvían patrimonio personal, al heredarlas incluso a familiares, sino que también han lucrado con ellas vendiéndolas el mejor postor. Lo que la mayoría no han entendido es que todo puesto laboral que se pague con recursos públicos es de la misma naturaleza. Es como si los alcaldes decidieran eternizarse en el puesto y luego heredarlo a sus hijos, y aunque los ejemplos pueden ser asimétricos, en esencia son iguales, pues no dejan de ser pagados con el erario público. La diferencia es que los ediles son finitos, su periodo termina, no así el de los trabajadores de la educación, y por la misma perennidad de su trabajo y la enorme responsabilidad que llevan en sus manos, deben ser evaluados constantemente y removidos si no pasan los exámenes que evalúan su desempeño en las aulas. Y si lo que les preocupa es quedar desempleados y llevar a la ruina a sus familias, pues entonces en nombre de la misma familia que se pongan a estudiar y a prepararse para actualizarse y mejorar constantemente su desempeño.
Sin embargo, parece que es más el interés económico lo que los mueve que la verdadera vocación de servicio, pues se han lanzado a paros laborales con el fin último de preparar amparos colectivos contra la reforma que ha sido aprobada en el poder legislativo, pero que necesita de 17 congresos locales que avalen dicha reforma para que entre en vigor.
No han entendido que la reforma busca perfeccionar el rubro educativo y volverlo de calidad para entrar de lleno como nación en el concierto de las potencias desarrolladas, parece que a los maestros no han entendido que los 60 millones de pobres en México, la terrible crisis de seguridad, la rampante corrupción, el desempleo y la falta de oportunidades tienen gran parte de su origen en el sistema educativo de nuestro país. Los suizos, los japoneses, los alemanes y muchas sociedades desarrolladas más lo han entendido. Esperemos que por el bien del país, y en congruencia con ese lema de “los maestros que sí queremos cambiar a México”, los maestros y su sindicato recapaciten y se preparen para la reforma. El país no puede esperar más, el Estado necesita recuperar la rectoría en materia educativa.