En el marco de la conmemoración de un aniversario más de nuestra
Revolución, es preciso desmantelar algunos de los mitos que por décadas han
signado a nuestro movimiento armado, sin embargo, atentar contra
acontecimientos históricos que se han inoculado en la idiosincrasia de un
pueblo siempre resulta será anatema y en el mejor de los casos impopular, no
obstante, es preciso develar algunos detalles que merecen ser señalados para
comprender mejor el desenlace de nuestra lucha armada. Cabe mencionar, que es
menester hacer uso de las fuentes de donde se obtiene la información, caso
contrario, mejor no opinar.
Para empezar, el andamiaje teórico de la Revolución era sin duda el Plan de
San Luis, mismo que para empezar fue redactado en Estados Unidos, pero que por
temor de Madero a ser acusado de sedición en aquel país, lo firma como si
hubiese sido redactado en México. Finalmente, el mismo madero deja de lado la
esencia del plan al aceptar la negociación y la propuesta de permitir la
permanencia de Díaz en el poder presentada por Oscar Braniff y Toribio Ezequiel
Obregón.
En segundo término, nuestra Revuelta no inició el 20 de Noviembre de 1910
como se ha dicho siempre, pues según el prestigiado historiador Jesús Silva
Herzog en su libro Breve Historia de la Revolución
Mexicana, el asesinato de la familia Serdán algunos días antes del 20 de
Noviembre provocó miedo entre los simpatizantes de Madero y nadie acudió al
llamado de Madero en la fecha estipulada. No fue sino hasta Mayo de 1911 cuando
realmente inicia la Revolución con la toma de Ciudad Juárez lo que provoca la
renuncia de Porfirio Díaz.
Otro mito fue que nuestra Revolución dejó un saldo de un millón de muertos,
ya que según los censos de 1910 y 1920 mostraron un decremento de la población
de más de 800 mil mexicanos, sin embargo, lo que no se menciona, es que según
datos de E.O Jordan en su libro “Epidemic
Influenza, a survey”, publicado en
1927, la influenza española mató a 500
mil mexicanos, finalmente, según Robert McCaa en su ensayo “Los millones de desaparecidos: el costo humano
de la Revolución Mexicana”, cerca de 350 mil personas abandonaron el país
en ese lapso de tiempo. O según datos de Manuel Ordorica en su trabajo
titulado: “consecuencias demográficas de
la revolución mexicana”, menciona que dicha cifra fue de 400 mil. En
cualquiera de los dos casos, si hacemos la suma correspondiente, 900 mil
mexicanos desaparecieron del país por causas totalmente ajenas al movimiento
armado.
Finalmente, según Ortega y Gasset: “Las
rebeliones se hacen contra el abuso de poder, mientras que las Revoluciones se
hacen contra los usos de un sistema de gobierno, un régimen tiránico puede ser
derrocado por un pueblo en rebeldía cuando éste ha abusado de su poder, pero
cuando el movimiento se dirige contra las instituciones que usan del poder en
forma determinada, se tiene una Revolución”.
La nuestra fue revuelta, nunca Revolución.