miércoles, 28 de noviembre de 2012

CERRAR FILAS


Luego de un proceso electoral ciertamente intenso y hasta extenuante, el pasado mes de Julio resulto electo presidente para el periodo 2012-2018 el priísta Enrique Peña Nieto, y aunque el retorno del otrora partido fuerte del Estado levanta temor, intriga e incertidumbre, lo que sin duda es una realidad es que no hay vuelta atrás y desde hace unos meses el lento y muy extraño proceso de entrega recepción dio inicio a la par de una intensa gira de trabajo que el mexiquense Peña Nieto inició a lo largo de diversos países con el objetivo de presentar su figura como próximo jefe de Estado y de paso dar inicio a las nuevas relaciones diplomáticas que habrá de imprimir con singular particularidad su incipiente gobierno.
Y es a partir del primero de Diciembre en que todos los mexicanos debemos comenzar a cicatrizar las heridas políticas y dejar de lado las divergencias y cerrar filas en torno a un objetivo común: Nuestro país.
La crisis de inseguridad es rampante y no da tregua a nuestra sociedad, la crisis económica que azota a Europa supone un serio riesgo para nuestro país, los energéticos necesitan un nuevo marco jurídico que garanticen su efectividad, la Hacienda en nuestro país requiere una reforma en cuestión de recaudación, la simplificación jurídica y administrativa debe perfeccionarse, la trasparencia y el acceso a la información requieren mayor impulso y solidez, el ámbito laboral requiere oxigenación, la coordinación entre ámbitos de gobierno requiere ser lubricada; el diálogo con la oposición para encontrar puntos de concordancia deben ser explorados y explotados.
Los retos son innumerables, las oportunidades escazas, la hora del diálogo y de la presencia de estadistas se hace impostergable, pues no podemos arriesgarnos a estancarnos en el marco de un discurso aversivo, vacuo y estéril derivado de pasiones políticas ortodoxas y poco profesionales que nos hunden en el sótano del subdesarrollo atándonos en un escenario de abulia.
Toda historia tiene un fin, reza un estribillo trasformado en lugar común, y todo fin trae el inicio de una nueva historia, en ese sentido es imperativo cerrar filas y otorgarle al nuevo gobierno el beneficio de la duda, pues no podemos pasar el tiempo esperando los tropiezos para hacerlos rimbombantes y externarlos a los cuatro vientos en una clara apología de revanchismo.
Ya no hay tiempo; es hora de cerrar filas por México.