Una vez que el IEPC ha iniciado
formalmente sus trabajos para la elección del año 2013 en que se renovarán las
alcaldías de los 38 municipios coahuilenses, varios son ya los aspirantes a
ocupar la titularidad de sus respectivos partidos en la contienda que se
avecina, no obstante, dicha horda de aspirantes difícilmente cuentan con
méritos suficientes como para dirigir el destino político-administrativo de un
municipio.
Y es que en nuestro sistema político
electoral, la preparación académica, la experiencia, la meritocracia y algunas
otras virtudes nunca han sido requisitos para ocupar cargos de elección
popular, ella es una causa directa del mediocre desempeño de administraciones
que van y vienen y que lo único que hacen es apropiarse temporalmente de los
espacios y recursos públicos. He ahí la explicación del pauperismo y
subdesarrollo de la mayoría de los municipios coahuilenses.
Pues bien, para el caso del
municipio de Allende, Coahuila, ya se dejan escuchar algunos nombres de
suspirantes por la silla mayor municipal, no obstante todos ellos, al menos en
lo que respecta al PRI, tienen una particularidad en común: Son los mimos de
siempre.
Escuchar mencionar el nombre de
Esteban Barrón, quien ha sido alcalde en varias ocasiones, o el nombre de
Ricardo Treviño, alcalde de la administración pasada, o Dagoberto Perales, el
derrotado que se niega a aceptar su falta de popularidad, o algunas otras
figuras que llevan ya tiempo intentando infructuosamente ser los ungidos por el
dedazo priísta, ello me lleva a pensar seriamente si realmente no existen
personas que pudiesen representar una opción alterna en una presentación de
precandidatos arcaicos, inveterados y anacrónicos, quienes, al menos en lo que
respecta a ex alcaldes, no han logrado impeler el desarrollo que Allende
necesita, pues dicho municipio no deja ser la triste fotografía de décadas tras
décadas de historia. Todos ellos pertenecientes, para empezar, a un partido que
nunca en su existencia ha sabido procesar democráticamente sus decisiones,
prueba de ello es la pasada elección en que les costó la alcaldía por no
respetar la decisión de los militantes quienes no apoyaban ni apoyarán al señor
Perales.
De los demás partidos poco se puede
hablar, el PAN gobierna Allende por una coyuntura que solamente podría
repetirse de cometer los priístas nuevamente el mismo error de hace cuatro
años.
Pero dejemos de lado la
meritocracia, pues esta no es condición para ocupar cargos públicos, lo que si
se necesita ya de manera urgente es una oxigenación en los aspirantes, pues los
mismos de siempre solamente significa una cosa: Continuidad y ambiente de
fotografía para un Municipio en el que la calidad de vida y el desarrollo no
son una opción en este momento.