Considerada la economía más grande y dinámica de América Latina, Brasil
está comenzando a ralentizar su dinamismo económico derivado de la
desaceleración económica China. Ello presenta un resquicio por el cual México
se perfila como el probable sustituto de tan importante sitio en el concierto
económico mundial.
Y es que según previsiones del grupo financiero Nomura, que publicó un
estudio llamado: “América Latina: un cambio de guardia”, México está comenzando
un periodo de recuperación económica gracias al renacimiento de la industria y
a la incipiente recuperación económica estadounidense.
De hecho, las proyecciones de crecimiento de México para el próximo año se
sitúan en un 4%, a pesar de la desaceleración china y la recesión europea.
Aunado a ello, China está reduciendo su apetito por las materias primas, lo que
trae como resultado que Brasil, uno de sus principales proveedores, reduzca su
crecimiento de manera considerable como para que a más tardar en el año 2022,
México logre superar a esta nación como líder en materia económica en
Latinoamérica.
Igualmente, Barclays, prestigiado Banco Británico hace sus proyecciones
estimando un crecimiento brasileño del 3% anual mientras que el mexicano
rondará el 4.5%.
Todo ello representa un escenario favorable y óptimo para el nuevo gobierno
que tomará posesión en Diciembre de este año. Pues el saliente PAN le deja
excelentes condiciones económicas a un nuevo gobierno que en el pasado ha
encabezado los peores desastres económicos de nuestra historia. Sin embargo, a
pesar de las proyecciones favorables de crecimiento económico, nuestro
principal problema sigue siendo la redistribución de la riqueza nacional, pues
es bien sabido que en tiempos de bonanza económica, nuestros gobiernos han
usado dicha riqueza para engrosar el gasto corriente dejando de lado otras
actividades nodales que son complemento del desarrollo económico. Pues resulta
contradictorio contar con las reservas internacionales más grandes de nuestra
historia, con una inflación que puede considerarse aceptable y un crecimiento
que si bien no se asemeja al Chino, es en estos momentos la envidia de algunas
naciones europeas, y contar con 60 millones de pobres en nuestro país.
La noticia, pues, resulta interesante y motivadora, pues pasar a ocupar el
liderazgo de la región en matera económica habla de condiciones internas
apropiadas y de gobiernos responsables, no obstante, si la riqueza se concentra
y no se distribuye apropiadamente, de nada servirá contar con macroeconomía
sólida flanqueada de microeconomía endeble.