Como olvidar que fue en ese lugar en donde pulí
mi sentido crítico analítico, como olvidar las enseñanzas en redacción de mi
profesor Saúl Rosales, toda una eminencia en letras. Como olvidar los preceptos
en economía de Daniel Camargo, o las enseñanzas en derecho administrativo del
maestro Zambrano, o aquellos interminables exámenes de historia del profesor
Zuno.
O los profundos análisis del maestro Morales,
las enseñanzas de muestreo que tanto me han servido del Ingeniero Soto.
Aquellos momentos de análisis político con el siempre apasionado Lerins Varela.
Cómo olvidar aquellas fugas masivas de compañeros
cada vez que daban las siete de la tarde y era la hora de las temibles
políticas públicas con mi gran maestro Miguel Ángel Ordaz, a quien le debo gran
parte de lo que ahora soy, pero que huíamos a toda velocidad para evitar esa
fatigante clase.
Las amenas charlas con el profesor Alemán, aquellas
enseñanzas pragmáticas con mi sinodal y querido maestro Gerardo Nájera. Y qué
decir del aspecto personal, pues fue ahí en donde hice grandes amigos, de los
cuales estoy orgulloso, y como no estarlo de figuras como Carlos Castañón,
fulgurante ex alumno.
Y claro, fue en ese lugar en donde conocí al
amor de mi vida y ahora mi esposa, mi querida Blanca, y madre del tesoro más
grande que poseo: Mí adorada Ariadna. Como olvidar aquellos regaños de Ordaz y
Zambrano tratando de hacerme entrar en razón por mi ausentismo perenne en
clases derivado del idilio que me atormentaba.
Y como dejar de lado a aquellos amigos que
aunque no conocí en clase, siempre estuvieron al pendiente de las necesidades
de la escuela, tal cual lo hacía y lo hace el actual director Pascual Reyes,
Gabriela Aguilar, Roberto López, etc., etc.
Todos mis triunfos, cada nota que se publica en
los diarios en que colaboro, cada libro mío que se ha publicado, cada
reconocimiento que recibo por mi desempeño como administrador en esta escuela
de la misma Universidad en que laboro; se lo debo a mi querida escuela: La
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de
Coahuila. Mi eterno agradecimiento por todo lo que me dio.
Felicidades por sus 40 años. Enhorabuena.