viernes, 24 de agosto de 2012

EL TRASFONDO DEL HUEVO



¿Realmente es una mala noticia en materia económica y social la súbita apreciación del huevo en nuestro país? ¿Cuál es el verdadero trasfondo que debe de preocuparnos y sobre todo ocuparnos de dicho aumento de precio?
Y es que los 40 pesos que ha alcanzado el kilo de huevo en algunas regiones llama poderosamente la atención a la vez que atenta contra uno de los más elementales componentes de la dieta de los mexicanos. No obstante, aún y con la súbita noticia del aumento, no deja de ser éste un problema económico coyuntural, pues no representan realmente un serio obstáculo para los economistas o responsables de la cartera económica en nuestro país. Pues todo se resuelve con la simple importación de huevo tanto de Estados Unidos como de otros países de Latinoamérica.
El verdadero problema, sin embargo, tiene que ver con la extrema facilidad en que en este país los especuladores pueden trastornar cualquier ámbito de la economía a través del control de determinados productos y poner en jaque tanto a los consumidores como a las propias autoridades. Ese es realmente un problema económico estructural. Es decir, ante la falta de un marco regulatorio serio y con alcance punitivo real que castigue este tipo de prácticas cualquiera puede efectuar estos actos delictivos de manera reiterada a diferencia de lo que ocurre en otras naciones desarrolladas. En donde las autoridades regulatorias en materia económica cumplen a cabalidad su papel llevando a cabo un estricto control de la oferta y la demanda que únicamente se ve alterado por fenómenos relacionados con la naturaleza; tal cual sucede con las sequias, inundaciones o incendios que merman la producción de determinados insumos provocando con ello desajustes que se reflejan en aumentos de precios. Fuera de ello la regulación es una palabra que se impone y genera las condiciones tanto de competencia como de oferta atractiva para los consumidores.
Pasada la crisis del huevo, aproximadamente por el mes de Diciembre, como todo problema coyuntural, dejaremos el tema de lado y nos dedicaremos a seguir con el tradicional estilo de vida sin modificar estructuralmente nuestro sistema económico dejando las puertas abiertas para el próximo especulador que tenga ganas de lucrar con cualquier producto en detrimento del pueblo en general y bajo el auspicio tanto de la Comisión Federal de Competencia, la Secretaría de Economía y la Procuraduría Federal del Consumidor. Quienes, en teoría, deberían haber trabajado siempre en comparsa para evitar tan lamentables y vergonzosos episodios como los que en estos momentos atraviesa el huevo.