SI ESE ES EL CIMIENTO…
Ya es un lugar común el escuchar que
los maestros son el cimiento o base de nuestra sociedad. De entrada, dicha aseveración
me parece un tanto fuera de lugar, porque de ser cierta, no será más necesario
intentar descubrir el origen de los problemas sociales, puesto que ello
explicaría nuestro subdesarrollo económico, político y social.
Basta sólo echar un lacónico vistazo a las manifestaciones tanto del
Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y la Coordinadora
Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), exigiendo en un acto
antipatriótico, antieducativo y antiprofesional no ser evaluados en el marco de
la Alianza por la calidad de la Educación. Amparados, desde luego, en el poder
de movilización que suponen sus gremios sindicales. Y dicha reticencia bien
puede explicarse porque la mayoría de los maestros saldrían reprobados al no
contar con los conocimientos y aptitudes necesarias para laborar en la
docencia, pues es bien sabido que una buena cantidad de maestros ni siquiera
saben por lo menos escribir. La mejor prueba de ello es la líder vitalicia del
SNTE, Elba Esther Gordillo, quien a duras penas logra leer los discursos que le
preparan sus asesores para sus presentaciones públicas.
Así mismo, la Alianza por la Calidad Educativa señala entre sus objetivos
elaborar un padrón actualizado de maestros, es decir, saber quienes trabajan en
qué escuelas y quienes se encuentran comisionados tanto en cuestiones
sindicales o políticas y siguen cobrando en dos o tres plazas con cargo al
erario y sin eficiencia en ningún sentido. Estas y otras buenas intenciones me
parece son excelente motivo para la inconformidad magisterial. Y para soslayar
o sortear dicha evidencia fehaciente la perniciosa lideresa del SNTE desvía los
reflectores inquisitivos incrustando veneno político al despotricar contra la
candidata presidencial.
Nada mejor que desviar la atención para evitar encarar la cruda realidad:
somos un país mediocre, porque tenemos un sistema educativo mediocre amparado
en un pernicioso sindicato y en una lideresa con enorme poder político. Buena
protección para maestros sin vocación, sin preparación y sin profesionalismo.
Con las honrosas excepciones que en lo personal conozco.
Definitivamente, ninguna política pública en materia educativa tendrá futuro
si de antemano no se utiliza el poder del estado para someter al sindicato
protector de ineficiencias. Pues los maestros han entrado en un círculo vicioso
rutinario sumamente cómodo que les da doble negociación salarial, aumento anual
del 4% al salario, cero evaluación de desempeño y privatización de plazas
públicas sumamente politizadas. Lamentable y alarmantemente, si ese es el
cimiento…tenemos un serio problema de subdesarrollo futuro perpetuo.