viernes, 18 de mayo de 2012


SI ESE ES EL CIMIENTO…

Ya es un lugar común  el escuchar que los maestros son el cimiento o base de nuestra sociedad. De entrada, dicha aseveración me parece un tanto fuera de lugar, porque de ser cierta, no será más necesario intentar descubrir el origen de los problemas sociales, puesto que ello explicaría nuestro subdesarrollo económico, político y social.
Basta sólo echar un lacónico vistazo a las manifestaciones tanto del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), exigiendo en un acto antipatriótico, antieducativo y antiprofesional no ser evaluados en el marco de la Alianza por la calidad de la Educación. Amparados, desde luego, en el poder de movilización que suponen sus gremios sindicales. Y dicha reticencia bien puede explicarse porque la mayoría de los maestros saldrían reprobados al no contar con los conocimientos y aptitudes necesarias para laborar en la docencia, pues es bien sabido que una buena cantidad de maestros ni siquiera saben por lo menos escribir. La mejor prueba de ello es la líder vitalicia del SNTE, Elba Esther Gordillo, quien a duras penas logra leer los discursos que le preparan sus asesores para sus presentaciones públicas.
Así mismo, la Alianza por la Calidad Educativa señala entre sus objetivos elaborar un padrón actualizado de maestros, es decir, saber quienes trabajan en qué escuelas y quienes se encuentran comisionados tanto en cuestiones sindicales o políticas y siguen cobrando en dos o tres plazas con cargo al erario y sin eficiencia en ningún sentido. Estas y otras buenas intenciones me parece son excelente motivo para la inconformidad magisterial. Y para soslayar o sortear dicha evidencia fehaciente la perniciosa lideresa del SNTE desvía los reflectores inquisitivos incrustando veneno político al despotricar contra la candidata presidencial.
Nada mejor que desviar la atención para evitar encarar la cruda realidad: somos un país mediocre, porque tenemos un sistema educativo mediocre amparado en un pernicioso sindicato y en una lideresa con enorme poder político. Buena protección para maestros sin vocación, sin preparación y sin profesionalismo. Con las honrosas excepciones que en lo personal conozco.
Definitivamente, ninguna política pública en materia educativa tendrá futuro si de antemano no se utiliza el poder del estado para someter al sindicato protector de ineficiencias. Pues los maestros han entrado en un círculo vicioso rutinario sumamente cómodo que les da doble negociación salarial, aumento anual del 4% al salario, cero evaluación de desempeño y privatización de plazas públicas sumamente politizadas. Lamentable y alarmantemente, si ese es el cimiento…tenemos un serio problema de subdesarrollo futuro perpetuo.