jueves, 8 de marzo de 2012

CLOUTHIER IMPEDIDO

No resultó sorprendente para nadie la postura del Instituto Federal Electoral (IFE) con respecto a la intención de Manuel J. Clouthier Carrillo de competir en la próxima elección presidencial como candidato ciudadano.

El IFE no hizo más que interpretar la legislación electoral existente que privilegia el llamado sistema de partidos o mejor conocida como partidocracia. Pues según el Código Federal de Procedimientos Electorales (COFIPE), los Partidos Políticos son los únicos facultados para competir en los procesos electorales con el fin de integrar órganos de gobierno. Ello, sin embargo, contradice tratados internacionales de los cuales México es signatario y que permiten la participación ciudadana en cuestiones de competición electoral. No obstante, no es la primera vez que se presentan situaciones parecidas en tiempos electorales.

Basta recordar el caso del ex canciller Jorge Castañeda quien llevo incluso ante la Corte Penal Internacional su exigencia sin que la misma progresara o tuviera efecto en nuestro país. De igual manera, el llamado Dr. Simi también se presentó como alternativa presidencial independiente al no obtener la candidatura en el entonces Alternativa Social Demócrata y Campesina que favoreció a Patricia Mercado.

Así como ellos, también el descendiente de Maquío ha manifestado su intención de participar como candidato independiente. Derivado de ello, el consejero Dr. Benito Nacíf fue muy categórico al afirmar que la respuesta será conforme a derecho, lejos de interpretaciones políticas. Pues si éste último fuera el caso, las candidaturas independientes no debieran negársele a nadie, en virtud de que todos los mexicanos tenemos derecho a votar y ser votados según nuestro texto constitucional.

Sin embargo, este tema tan controvertido nunca ha sido abordado con la seriedad que merece, desde la reforma electoral en los 90s hasta la reciente del 2007 se le ha sacado la vuelta por ser este tema precisamente una seria amenaza al actual sistema de partidos, en donde la Democracia suele ser un instrumento meramente ornamental en las decisiones internas (aunque existan consejeros en cada partido) de dichas franquicias políticas, y la unción de los candidatos está más en función de cuotas de poder, y de la frase inmortalizada de Hank Roon: “Un político pobre es un pobre político”

De ahí que la sola idea de ciudadanizar la contienda electoral presidencial y las restantes de senadores y diputados aterroriza a los partidos políticos y a sus líderes y dueños por la posible pérdida del monopolio de la integración de órdenes y órganos de gobierno.

“Perro no come perro reza la consigna”. Lástima para Clouthier, lástima para  nuestro sistema electoral. Cuando los Partidos ya no son opción, los ciudadanos deben tomar el control. Tal vez para la próxima reforma electoral.