miércoles, 13 de julio de 2011

MEDIOCRE DESEMPEÑO

Lastimoso en demasía resultó el desempeño electoral mostrado por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la pasada elección del 3 de Julio en Coahuila; además de sufrir la peor vapuleada y humillación en su historia en la entidad; debido a su paupérrimo desempeño perderá probablemente su registro en este Estado.
Las excusas son muchas, desde aquellos “analistas” que no comprenden preceptos tan esenciales de la ciencia política hasta aquellos (militantes) que buscan endilgar la responsabilidad de la derrota a terceras personas.
Todos intentan explicar sin mucho éxito la debacle del perredismo en Coahuila cuando la respuesta es harto sencilla y tiene varias aristas que convergen en una sola línea que ha llevado al perredismo estatal a la ignominia.
Para los primeros que no entienden por que la derecha (entiéndase el PAN) salió mejor librado que la izquierda (PRD) en esos comicios la respuesta esta relacionada con dos aspectos: el primero es que el PRD luego de mostrar rasgos de éxito gubernamental (aunque fuese lacónico el progreso), sobre todo en San Pedro de las Colonias, su segunda administración encabezada por Arturo Babún se perdió en la corrupción, ineficiencia y nepotismo; y con peor imagen quedó estigmatizada la única representante perredista en el congreso local al ser señalada como “levantadedos” priísta y alejarse considerablemente del electorado a quien le debía su posición plurinominal.
En segundo término, aunque la falta de imparcialidad reine en la mayoría de los comentócratas, la administración panista de Guillermo Anaya fue considerada moderada y regular; no fue ni exitosa, pero tampoco deplorable; por ello no llevaba algún estigma peyorativo; aunado a esto, la sombra del gobierno federal y los programas sociales exitosos fueron utilizados por el panismo como asidero para generar clientelas y fomentar el miedo a perder dichos apoyos entre los beneficiarios en caso de la derrota del senador.
Y para que nadie me tilde de panista por hablar de lo exitoso de los programas sociales federales, basta con revisar el reciente informe sobre desarrollo humano en México por parte de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Por otra parte, para los militantes que no paran de culpar a Thelma Guajardo de la humillación y que la acusan de la ruptura de la alianza PAN-PRD, que al menos les hubiese permitido mantener el registro cómodamente; les comento que dicha alianza no tenía posibilidades de concretarse y sólo se ideó como consecuencia del efecto aliancista derivado de los casos Oaxaca y Puebla, el detalles, es que en esas entidades, dichos partidos no contaban con figuras preponderantes y usaron como candidato a un ex priista; sin embargo, en Coahuila, si existía una figura preponderante al menos en un partido, se trataba del primer compadre Guillermo Anaya, así que la Guajardo nada de culpa tuvo en el resquebrajamiento de una alianza que jamás se iba a concretar y cuya sola idea era provocar miedo en el priísmo ante la racha victoriosa de los aliancistas en otras entidades.
Finalmente, el descaro de los perredistas en San Pedro y en el congreso local no vaticinaba en lo absoluto apoyo para un proyecto de izquierda abanderado en principio por personas totalmente ajenas a las causas izquierdistas.
De ahí que el magro desempeño amarillo en Coahuila haya tenido los resultados que tuvo sin la mayor sorpresa, al menos para algunos analistas entre los que me incluyo, quizá la única sorpresa, fue que ni ellos mismos entiendan la razón de su debacle.


SI FUE GOLPE
El dictamen de la Comisión de la Verdad en Honduras señala que Zelaya si fue víctima de un golpe de Estado, no estaban tan errados países como Venezuela que hasta la fecha se oponen a su regreso a la OEA por aquellas infames acciones disfrazadas de consecuciones constitucionales.