Nació como política pública en 1994; ante la inminente entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio (NAFTA) de nuestro país con Estados Unidos y Canadá; y tenía el loable objetivo de salvaguardar a los productores agrícolas más desprotegidos y vulnerables ante la entrada de productos del agro estadounidense como resultado del tratado antes mencionado y para dar cobijo a los pocos que habían sobrevivido a la reforma al 27 constitucional en 1992.
Sin embargo, PROCAMPO, se ve envuelto hoy, y desde hace un par de años en el escándalo producto de no cumplir con su supuesto objetivo de proteger a los campesinos de nuestro país. Su función, se ha desvirtuado y se ha encaminado, como todo fondo que maneja recursos de carácter público, hacia el peculado, el conflicto de intereses y la corrupción institucional.
El 8 de Abril de 2009; por decreto oficial, se establecieron los topes de apoyo que se ubicarían entre los márgenes de 1,300 y 100 mil pesos como apoyo mínimo y máximo respectivamente. Asimismo se establecía el aumento del apoyo para los productores con menos de cinco hectáreas (que representan el 70% del padrón de agricultores registrados) y la disminución del apoyo para los llamados pequeños propietarios que representan el 0.2%. sin embargo, sólo por mencionar el caso de María Guadalupe Zúñiga Cepeda de Tamaulipas, quien recibió la cantidad de 207 mil pesos como apoyo de PROCAMPO, queda evidenciado que las reglas de operación internas del programa no se cumplen y se conculcan en beneficio de unos cuantos.
No obstante y el beneficio ilegal hacia algunas familias en particular, también se ha comprobado que el apoyo del programa se ha destinado a narcotraficantes y a su producción de alcaloides que se supone el mismo gobierno federal se dedica a combatir. Finalmente, el mismísimo titular de la SAGARPA, Francisco Mayorga, se ha visto beneficiado con apoyos de la institución que representa en un claro y evidente conflicto de intereses.
Esos son hasta el momento los resultados de dicho programa con fines eminentemente agro-sociales. O en otras palabras: el PROCAMPO para lo único que ha servido, es para apoyar los cultivos de latifundistas, narcotraficantes y servidores públicos de primer nivel. A quienes, cabe mencionar, les pasa de noche el problema que supone competir contra el agro estadounidense cargado de impresionantes subsidios gubernamentales.
Ese es, pues, el escenario en que se ha desarrollado el único programa dedicado a apoyar a los campesinos más perjudicados producto de los acuerdos comerciales con los vecinos del norte. Urge un rediseño de las estructura del programa, urge una limpia del padrón de beneficiados y urge una limpia de los dirigentes que han saqueado los recursos del programa y lo han transformado en botín personal.