miércoles, 30 de marzo de 2011

¿RENACIMIENTO?

Revisaba una columna de un colega que aparece junto a la mía en el periódico La Voz de Piedras negras, Coahuila, perteneciente al grupo Milenio, en que daba cuenta del alcalde de San Pedro, Jorge Abdala, y su particular forma de gobernar, que a decir de dicho comentarista, Carlos Robles Nava, resultaba cuando menos loable.
No se la verdad si Carlos viva en San Pedro de las Colonias o sea un exportado como yo; pero su opinión sobre la eficiencia de Jorge Abdala resulta vacua, superficial y dista en demasía de la realidad.
Basta con un lacónico vistazo para ser partícipes de la objetividad, al menos, visual.
El pasado puente del 21 de Marzo regrese a mi terruño que tanto aprecio, pero que dicho cariño no me va a cegar de la realidad y volverme un mordaz intolerante con todo aquel que hable mal de San Pedro, o que diga sus verdades, generalmente de perogrullo.
Lo que pude observar es el mismo magro ambiente de fotografía que impera en San Pedro desde que tengo uso de razón: infraestructura pública paupérrima y obsoleta, falta de oportunidades, particularmente para los jóvenes, autoridades diletantes, inseguridad rampante y medios a modo.
Lo único nuevo que pude observar, fue que la presidencia fue arreglada y quitaron los portones que la rodeaban.
Algunos periódicos señalaban la existencia de al menos dos ejidos que se sentían traicionados por el alcalde Abdala al no cumplirles lo que prometió en campaña, y hasta mencionaban dichos medios de posibles aspiraciones electorales de Abdala en 2012 como legislador federal.
Pues bien, mis amigos y familiares de la infancia seguían desempleados desde aquella lejana vez que los visité por última vez, los pocos que estudiaron, el noventa por ciento tuvo que salir de la ciudad por falta de oportunidades, el restante diez por ciento que se quedó tuvo que autoemplearse con un negocio propio, tengo un compañero que siendo abogado termino de tabernero al ser propietario de una cantina. Y hasta termino vendiendo hamburguesas, nada deplorable, pero si muy distante de lo que quizá imagino cuando estudiante.
En cuanto a gestión pública, la cosa sigue igual que siempre, la transparencia no es una realidad ni mucho menos un objetivo a mediano plazo. La corrupción y la discrecionalidad siguen siendo pan de cada día en la administración pública.
Por la noche me toco ver el mismo acto de corrupción al observar a policías estatales “mordiendo” dentro de las colonias y en flagrante violación a su delimitada jurisdicción.
Las actividades gubernamentales más notorias son la entrega de banderas por parte del municipio, ahora gracias a esa crucial actividad, dichas comunidades abandonarán el pauperismo y se desarrollarán exitosamente; así mismo, se han implementado cursos de tanatología; quizá por la fiebre fatalista del 2012.
La lista es infinita, estos son sólo efímeros vistazos, poco me importa que exista quien se desgarre las vestiduras maldiciéndome y diciendo que todo esta bien, los cómodos al sistema existen para engañar al pueblo y decirles que todo marcha sobre ruedas.
No veo, por ninguna parte, la antonomasia de la frase “la ciudad que renace” por más esfuerzo que haga. Lo único que ha renacido, son las mismas tendencias cortoplacistas de gobiernos mediocres característicos de todas las autoridades que ha tenido San Pedro, pero quizá lo más grave, es la pasividad de su gente.
Aquella diputada que prometió ser una voz joven en el congreso local no ha sido llamada a rendir cuentas por su falta de compromiso, aquellos señalados de peculado en la administración pasada siguen tan campantes paseando por las calles y la gente como si nada. 
Quizá Carlos Robles se refería a otro San Pedro.

MARTHA WONG
De verdad no entiendo la proclividad de algunos desconocedores de política que se la pasan lisonjeando a Martha Wong como candidata a Diputada.
No tiene la base social suficiente como para derrotar al PRI en uno de sus principales bastiones y tampoco tiene la solvencia moral necesaria para ganar simpatías. La sombra de su hijo Emilio de poco o nada sirve para darle cobijo político a la señora Wong.