José Antonio Zúñiga Rodríguez fue detenido a la edad de 26 años; sentenciado a prisión acusado de asesinato e inicialmente indiciado por un joven menor de edad quien afirmó haberlo visto cometer el crimen.
Esto a pesar de que más de una decena de testigos afirma haberlo visto a lo largo del día y durante el momento del crimen atendiendo su tianguis en la delegación Iztapalapa. No obstante, fue la declaración del anónimo “testigo protegido” la que tuvo valides para las autoridades (in) competentes; de poco sirvió que no hubiese tampoco pruebas suficientes para incriminar a José Antonio en dicho asesinato. Esto trajo como consecuencia que un par de abogados, Layda Negrete y Roberto Hernández, además de defender y probar la inocencia del joven Zúñiga, se dedicaron a confeccionar un video film titulado: Presunto Culpable; en el cual exponen los vicios más perniciosos de nuestro sistema jurídico-penal el cual aprehende, sentencia y encierra a personas inocentes en este país.
En este film se da cuenta de la mediocre y paupérrima investigación policial existente dentro de los aparatos de seguridad pública y de quien ostenta el monopolio de la acción penal; es decir, el ministerio público. A quien por cierto no le importa nunca encontrar a los verdaderos culpables, sino encerrar inmediatamente a quien sea y bajo los medios que sean, los cuales generalmente derivan de la autoconfesión, y ésta deriva de previa tortura física y psicológica aplicada por parte de agentes “altamente preparados” en la búsqueda de presuntos culpables. De igual manera los peritajes son amañados con el fin de alterar los resultados del mismo en favor de una resolución previamente concebida y decidida.
Así desnudaron los dos abogados nuestro sistema supuestamente encargado de impartir justicia; y las falencias que encontraron fueron terribles, aunque la verdad ya las conocíamos: la investigación criminal está en pañales, las policías son diletantes, los jueces ineficaces e ineficientes, los ciudadanos son culpables hasta que se demuestre lo contrario. Por ello la duda sobre la culpabilidad de muchos sentenciados que habitan en las cárceles de nuestro país; por ello existen dudas tan marcadas como el caso de la francesa Florence Cassez y su presunta culpabilidad sobre el delito que se le imputa; por ello no me sorprende la molestia de los franceses quienes conocen la reputación de nuestro sistema de justicia a la mexicana.
Y por si esto fuera poco, ante el éxito del film “presunto culpable”; Blanca Lobo, titular del Juzgado 12 de Distrito en materia Administrativa, emitió el pasado miércoles una suspensión provisional, con la que se ordenó retirar la película de la cartelera en un descarado zarpazo de censura. Dicen que la verdad no peca, pero como incomoda; pues este es el caso de “presunto culpable”, su verdad no peca, pero incomoda a un sistema que se ha caracterizado por impartir mayores injusticias y que atenta principalmente contra las clases más desprotegidas.
¿Hasta cuándo?