domingo, 23 de enero de 2011

EL NUEVO ESCENARIO

Ha iniciado el proceso electoral en nuestra entidad con miras a la renovación de la gubernatura y el congreso local.
Y con ello han dado inicio las denominadas precampañas que tienen el objetivo de seleccionar al candidato que representará a cada partido político con miras a la contienda electoral a través de campañas y actividades proselitistas acompañadas de un tsunami de spots en los diversos medios de comunicación que sin piedad nos bombardearán poco más de cuatro meses.
A pesar de ser elección local, es el Instituto Federal Electoral (IFE) el encargado de la administración de los tiempos en Radio y Televisión tanto de los partidos como de la autoridad que organiza las elecciones; me refiero al Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Coahuila (IEPEC).
Ello significa que la regulación tratará de ser efectiva en este rubro, y digo tratará de ser efectiva porque como en cada elección, independientemente de su ámbito, la violación de las pautas relacionadas con la propaganda en medios es generalmente conculcada en mayor o menor grado.
No obstante, es sobre otro “espacio mediático” que poco a poco va ganando terreno y que no esta regulado por la ley electoral y que promete ser un interesante acicate de proyecciones políticas no precisamente legales ni éticas sobre la que nos ocuparemos; me refiero a las denominadas “redes sociales”: Twitter, Facebook, Youtube, etc.
Fue Barack Obama quien a mi juicio dio inicio al uso de estos medios no convencionales en su campaña electoral y que le resultó bastante exitoso a grado tal que casi no hay actualmente  político que no haga uso de estos dispositivos para acercarse a una parte de la sociedad.
Otros lo usan precisamente para lograr lo que a través de medios convencionales regulados no podrían hacer, es decir, hacer uso de las ya prohibidas campañas negativas en procesos electorales.
Pues bien, esto precisamente es lo que ya empezó a circular en la red; para empezar, la propaganda inició mucho antes de las llamadas precampañas; lo que ya no tarda en aparecer son las campañas peyorativas en internet, sobre todo en Youtube; de hecho, me he encontrado información en la web hablando fuertemente de la relación del precandidato panista Guillermo Anaya denostando su figura al relacionarlo fehacientemente con individuos pertenecientes al crimen organizado; por otra parte, las críticas al ya candidato del PRI, Rubén Moreira, no se han dejado esperar: que su hermano nos endeudó de por vida, que los cargos políticos en Coahuila se heredan tal cual monarquía; que los Moreira han sometido al vocal ejecutivo de la junta local del IFE, que Humberto Moreira no atendió los casos de secuestro y un sinnúmero de calumnias que por ley están prohibidas en Radio y Televisión, independientemente de su veracidad; pero que, no obstante, al representar la web un espacio libre y aún no regulado ofrece un terreno fértil para que éstas campañas se desarrollen con bastante éxito.
A pesar de que la mayoría de los mexicanos no hacen uso del internet, estos espacios de expresión se vuelven, si no determinantes, al menos si tendenciosos a la hora de formar opinión pública en aquellos que hacen uso de la web.
Estos espacios de ninguna manera son negativos todo el tiempo, en Twitter y Facebook por ejemplo, los políticos en funciones y fuera de tiempos electorales se comunican con sus seguidores constantemente en un claro ejercicio democrático de interacción que es a todas luces saludable; sin embargo estos espacios y el ya mencionado Youtube se vuelve un arma contundente para los políticos en tiempos electorales, tal cual comienza ya a suceder en Coahuila.
Por lo pronto, las calumnias ya han empezado; y el resultado a largo plazo, pienso que será el control de la web por parte de las autoridades, si los políticos no toman en serio el ciberespacio y no le dan su correcto uso democrático ellos serán los culpables de muy posibles actos de restricción en nombre de la gobernabilidad y el respeto a la ley.
Y la prueba de su voracidad será evidenciada en los próximos días  cuando dichas campañas negativas empiecen a generalizarse.

SEUDÓNIMO.
¿Qué tan saludable son las columnas “grilleras” que son firmadas bajo seudónimo como Verdades y Rumores de El Siglo de Torreón o Trinolandia de “Sin Censura”; por presentar tan sólo dos ejemplos? La pregunta viene al caso porque en ambas se tratan asuntos de “grilla” local que en algunos casos suelen ser mordaces, ofensivas y personalistas, sobre todo en columnas como la última en mención. Me parece que todo columnista que se preste a ostentarse como tal debe dar la cara sin cortapisas, de otro modo la crítica se vuelve el clásico “apedrea y esconde la mano” y la credibilidad de éstos se vuelve endeble y superficial.