miércoles, 15 de diciembre de 2010

BUENOS DESEOS

Finaliza, inexorablemente, el 2010; y por ser ésta la última edición de Sin Censura de éste año que termina, vale la pena dejar de lado las cuestiones que ordinariamente abordo en esta columna; y, en su lugar, es menester hacer una lista de buenos deseos para el siguiente año que está ya a la vuelta de la esquina.
Para empezar, en el orden mundial, deseo de todo corazón que los europeos se pongan de acuerdo y resuelvan sus lacerados déficits fiscales y con ello nos ahorren a todos una crisis que podría resultar peor que la de 2008-9. Aunque sigan existiendo cabezones que no entiendan la importancia de la globalización y su repercusión hasta en el más mínimo ranchito de la Patagonia. Igualmente, ojalá que en Sudáfrica ahora si se pueda sacar un compromiso serio en la próxima cumbre sobre cambio climático, pues se avecinan tiempos difíciles en cuestión de medio ambiente si no hacemos algo urgente e inmediato. Para nuestro país; deseo que la coordinación de las fuerzas de seguridad pública se vuelva una realidad y de esa manera se combata eficazmente al desbordado crimen organizado; que el espurio de Calderón sea más consciente y empático con su pueblo que gobierna y en nombre del mismo deje de cometer estupidez tras estupidez, que se castigue a los militares que han violado derechos humanos en esta guerra mal planeada; que los diputados se pongan realmente a trabajar y dejen de lado la abulia que los caracteriza y aprueben las reformas que nuestro país necesita para dejar el lastre del subdesarrollo. Para nuestra entidad, deseo que el sustituto del gobernador sea igual de trabajador que Moreira y que se fije más en San Pedro, que el IEPEC no actúe como juez y parte (como suele hacerlo) en la próxima elección para renovar el ejecutivo estatal; que el apartado de “sistema de producción legislativa” vuelva a la página del congreso del Estado y con ello observar el desempeño de los “productivos” legisladores de nuestra entidad y que fue removido por no se cuáles motivos; yo que me divertía tanto observando el mediocre desempeño de los legisladores por San Pedro. Que las policías municipales dejen de estar militarizadas, pues con ello no se llegan a nada bueno; ahí está el ejemplo de Torreón. Finalmente, para mi querido San Pedro; la lista de deseos es enorme: primero que nada, deseo que la seguridad vuelva a ser la constante de siempre, todavía recuerdo cuando asistía a cada aniversario en cada ejido de mi San Pedro sin miedo a toparme con algún comando de la muerte; ahora que estoy fuera gracias a las nulas oportunidades en mi San Pedro, me entero de cada acontecimiento terrible y que parece invento sacado de una película de acción de Bruce Willis; deseo un puente vehicular sobre el ferrocarril que le de una imagen de modernidad a San Pedro, pues cada que voy el mismo ambiente de fotografía es patéticamente predecible, deseo que los medios de comunicación se profesionalicen al menos en un 10% y que la investigación mediática sea la constante, de esa manera Pietro Aretino (el padre del periodismo) dejará de revolcarse en su tumba. Deseo que las autoridades de San Pedro dejen de privatizar los espacios públicos y se vuelvan transparentes y rindan cuentas respetando la ley; que los regidores, aún y cuando la mayoría de ellos sean diletantes, intenten profesionalizar su desempeño, al menos podrían contratar a alguien que supiera de administración pública, desde luego que yo no, aunque es mi especialidad, pienso tal vez en mi maestro y amigo Luis Felipe Rodriguez; deseo también que el empleo se recupere siquiera a los mismos niveles de 2007-8; que los intolerantes desaparezcan, que… pues bueno, infinidad de deseos que no pueden ser glosados por cuestiones de ingeniería textual. Todos buenos deseos, pero el más importante, salud (y no precisamente con copas, aunque es imprescindible) para todos aquellos que nos ha tocado vivir en esta calamitosa época. Felices fiestas y lo mejor para el 2011.