Asesinada el Martes 20 de Abril de trece puñaladas en su domicilio; la exfuncionaria de la Secretaria de Comunicaciones y Transportes (SCT), Alejandrina Martínez, genera bastantes suspicacias tanto en su muerte, las intrigas políticas de por medio; así como el supuesto móvil del crimen.
Y es que las investigaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE) aportan elementos escuetos y vacuos al arrojar como posible móvil del crimen venganza pasional o simplemente robo; ya que afirman haber encontrado varias bolsas personales ultrajadas en la casa de la funcionaria; sin embargo, lo que no cuadra en la investigación realizada; es que si fue supuestamente un robo, no se explica el porqué los ladrones no tomaron los 6 millones 489 mil pesos que se encontraban en la casa de la funcionaria.
Hasta el momento de su muerte, Alejandrina, se encontraba alejada de su puesto debido a amenazas efectuadas en su contra, presumiblemente por personal que la acusaba de malos tratos; por lo que interinamente su puesto lo ocupó Luis Humberto Ramírez hasta la designación del nuevo titular; el panista Jesús de León Tello; sin que hasta ese momento, formalmente, la funcionaria hubiese abandonado su puesto de trabajo.
Catorce dias antes de su muerte; en entrevista con una reportera; Alejandrina mencionó que desconocía los motivos de su remoción y los motivos por los cuáles Jesús de León aceptó la dirigencia de la SCT a sabiendas que aún ella era la titular. Asimismo, mencionó haber sido presionada por un compadre de Calderón; para que dejara su puesto.
Lo más grave de este asunto es la entrevista que, previo a su muerte, había solicitado ante el gobernador Humberto Moreira; en donde afirmó que tenía información muy importante que darle a conocer al mandatario estatal.
El caso de Alejandrina reviste una considerable importancia debido a la denuncia sobre presiones por parte de Guillermo Anaya; considerado el “primer compadre” de México; y la amistad de éste con Jesús de León; por lo que no cabe la menor duda de que Anaya buscaba un puesto de trabajo para su amigo “Chuy” en detrimento de la defenecida funcionaria luego de su infructuosa campaña por la presidencia de Torreón.
Por otro lado; la investigación de la Fiscalía no ha resultado nada profesional y lo único que genera son muchas más dudas que certezas.
¿Qué relación pudo tener el ambiente político con el asesinato de Alejandrina?
¿Qué era aquello tan importante que Alejandrina quería decirle al Gobernador?
¿Si fue un robo, según las primeras pesquisas, porqué dejaron los 6 millones intactos los supuestos ladrónes?
Estas son sólo algunas de las preguntas que sin dilación debe responder la Fiscalía del Estado; de lo contrario, las intrigas crecerán de tal manera que la propia credibilidad de la FGE se pondrá en tela de juicio y el homicidio salpicará algo más que un simple robo o crimen pasional.
Y es que las investigaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE) aportan elementos escuetos y vacuos al arrojar como posible móvil del crimen venganza pasional o simplemente robo; ya que afirman haber encontrado varias bolsas personales ultrajadas en la casa de la funcionaria; sin embargo, lo que no cuadra en la investigación realizada; es que si fue supuestamente un robo, no se explica el porqué los ladrones no tomaron los 6 millones 489 mil pesos que se encontraban en la casa de la funcionaria.
Hasta el momento de su muerte, Alejandrina, se encontraba alejada de su puesto debido a amenazas efectuadas en su contra, presumiblemente por personal que la acusaba de malos tratos; por lo que interinamente su puesto lo ocupó Luis Humberto Ramírez hasta la designación del nuevo titular; el panista Jesús de León Tello; sin que hasta ese momento, formalmente, la funcionaria hubiese abandonado su puesto de trabajo.
Catorce dias antes de su muerte; en entrevista con una reportera; Alejandrina mencionó que desconocía los motivos de su remoción y los motivos por los cuáles Jesús de León aceptó la dirigencia de la SCT a sabiendas que aún ella era la titular. Asimismo, mencionó haber sido presionada por un compadre de Calderón; para que dejara su puesto.
Lo más grave de este asunto es la entrevista que, previo a su muerte, había solicitado ante el gobernador Humberto Moreira; en donde afirmó que tenía información muy importante que darle a conocer al mandatario estatal.
El caso de Alejandrina reviste una considerable importancia debido a la denuncia sobre presiones por parte de Guillermo Anaya; considerado el “primer compadre” de México; y la amistad de éste con Jesús de León; por lo que no cabe la menor duda de que Anaya buscaba un puesto de trabajo para su amigo “Chuy” en detrimento de la defenecida funcionaria luego de su infructuosa campaña por la presidencia de Torreón.
Por otro lado; la investigación de la Fiscalía no ha resultado nada profesional y lo único que genera son muchas más dudas que certezas.
¿Qué relación pudo tener el ambiente político con el asesinato de Alejandrina?
¿Qué era aquello tan importante que Alejandrina quería decirle al Gobernador?
¿Si fue un robo, según las primeras pesquisas, porqué dejaron los 6 millones intactos los supuestos ladrónes?
Estas son sólo algunas de las preguntas que sin dilación debe responder la Fiscalía del Estado; de lo contrario, las intrigas crecerán de tal manera que la propia credibilidad de la FGE se pondrá en tela de juicio y el homicidio salpicará algo más que un simple robo o crimen pasional.